La parte
del sí que tiene el no,
y la parte de no que tiene el sí,
y la parte de no que tiene el sí,
a veces se separan de sus cauces
para unirse en otro.
Que ya no es ni sí, ni no.
Por ese río corren los cristales más despiertos.
para unirse en otro.
Que ya no es ni sí, ni no.
Por ese río corren los cristales más despiertos.
Roberto
Juarroz
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