Tai chi Córdoba - Escuela Yang Wudang |
Uno de los aspectos claves del entendimiento del taichichuan es la distinción
entre ambas cualidades.
Definir
el concepto de firmeza y dureza sobre el papel no es demasiado difícil.
Seguramente
todos lo entendamos a la primera.
Lo
realmente complicado es la manifestación de uno u otro en el cuerpo, pues la
línea que las separa puede ser muy fina y es extremadamente sencillo sobrepasarla
y no ser conscientes de ello.
De
esta forma, una mera definición puede no ser del todo objetiva por lo que
veremos los pro y contras de cada una.
La dureza se entiende como un estado de tensión muscular en las masas motrices del cuerpo, es decir, extremidades, tronco, cintura, cadera, etc.
La dureza se entiende como un estado de tensión muscular en las masas motrices del cuerpo, es decir, extremidades, tronco, cintura, cadera, etc.
La
acción de tensar el cuerpo nos dará una resistencia extra a las modificaciones
externas del mismo y una mejor recepción del dolor a los impactos.
Por
ende, debemos realizar un gran pago por dicha resistencia añadida: disminución
de la movilidad y desgaste físico.
La
dureza puede sostenerse durante un tiempo, pero no podemos estar eternamente
sosteniendo dicho estado.
Al
final los músculos se resienten y se debe abandonar por agotamiento.
Para
conseguir mover un conjunto en estado de dureza se deben relajar las masas
musculares mínimamente para conseguir el objetivo, volviendo de nuevo a dicho
estado.
La firmeza es un estado estructural de relajación muscular donde las masas motrices no se modifican con las acciones externas y permanecen móviles y ágiles a las acciones que se deseen manifestar.
La firmeza es un estado estructural de relajación muscular donde las masas motrices no se modifican con las acciones externas y permanecen móviles y ágiles a las acciones que se deseen manifestar.
El
estado de firmeza, a simple vista, es un estado de dureza, pero en el interior
no se manifiestan los síntomas de cansancio muscular, por el simple hecho de
que los músculos no se mantienen en tensión.
Dicha
firmeza en las masas motrices se consiguen mediante las alineaciones óseas y se
mantienen por medio de los tendones y ligamentos.
La
mayor cualidad que se obtiene, además de una exposición prolongada en la
posición, es la sensibilidad a los cambios externos.
Dichos
cambios pueden ser interpretados por nuestro cerebro y darles una dirección de
entrada.
Al
contrario que el estado de dureza, la sensación de equivocar nuestra propia
fuerza con la externa, se puede controlar con mayor exactitud.
Hace poco leí algo en internet sobre un practicante y su experiencia en la práctica de tuishou con un gran maestro.
Hace poco leí algo en internet sobre un practicante y su experiencia en la práctica de tuishou con un gran maestro.
Este
practicante dijo una frase parecida a esta: “¿Cómo es posible que unos brazos
tan delgaditos tengan tanta fuerza?”
Podemos pensar que, además de los centenares de videos que hay en la red, que la práctica del tuishou hay que estar en un estado flácido y de languidez.
Podemos pensar que, además de los centenares de videos que hay en la red, que la práctica del tuishou hay que estar en un estado flácido y de languidez.
Podemos
pensar que esa es la única manera de tener sensibilidad.
El
problema es que desde que notamos la dirección de la fuerza hasta que tensamos
los músculos para desviarla, a pesar de ser un par de fracciones de segundo, es
suficiente para que la fuerza llegue a su objetivo y no nos dé tiempo a
reaccionar.
Asimismo,
si queremos manifestar una fuerza, debemos cambiar el estado de nuestros
músculos para llegue a su destino.
Esto
sería como si el cañón de un rifle fuera flácido y justo al apretar el gatillo
se pusiera recto por la acción de la bala pasando por él.
Nos
explotaría el disparo en las narices porque el cañón no está preparado.
Con
los brazos ocurre lo mismo.
El
brazo debe estar preparado y la firmeza del mismo debe ser constante para que
cuando salga la bala no nos estalle en la cara.
Si
esto es así en tuishou, ¿por qué no es igual en las rutinas?
Por
supuesto que sí lo es.
Son
los mismos principios y por lo tanto, la misma actitud.
El
cuerpo debe expresar suavidad pero en su interior hay firmeza. Todo esto se
traduce en fuerza y sensibilidad.
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