sábado, 5 de junio de 2021

Entre tierra y cielo

Los chinos creen firmemente que cultivar una postura perfectamente erguida, que exprese ‘realidad’ es fundamental para cada persona.

La razón más importante, según la cultura china, reside en que una postura perfecta puede permitir al hombre conectarse-desde un punto de vista físico, mental y energético-tanto a la Tierra como al Cielo.

De esta forma cada persona puede realizar su ancestral naturaleza de ‘anillo de conjunción’ entre el mundo material y el espiritual.

Detrás de estas consideraciones, que pueden resonar como ‘místicas’, pero hay algo más, es decir, la experiencia y efectividad de muchos siglos de estudio, práctica y resultados concretos en lo que ya se denomina en todo el mundo ‘Standing Meditation’ y en el campo psicoterapéutico ‘Grounding’.

Desde hace tiempo inmemorial, los chinos usan, como instrumento para mantener la salud, elevar el espíritu y aumentar la energía vital, la ‘meditación de pie’.

Como es sabido, la posición más conocida en esta rama del ‘Arte de alimentar la vida’ es la del ‘poste erguido’, en chino: 'Zhan Zhuang'.

Este ejercicio, por muchos denominados ‘abrazar el árbol’,  es además un instrumento fundamental para construir la fuerza interna y las habilidades superiores en todas las artes marciales chinas; y no solo en las ‘internas’ como el Taijiquan; en el Shaolin, por ejemplo , su práctica está universalmente extendida.

Alguien podrá decir: ‘¿Pero por qué las artes marciales, que privilegian el movimiento, la rapidez, la respuesta como rayo a un ataque, deberían beneficiarse de ‘quedarse quieto?

Una de las razones nos viene de la investigación científica: estudios recientes en el campo de la neurofisiología han demostrado que estas prácticas ‘estáticas’ mejoran no solo cualidades como el equilibrio y la estabilidad, sino también la coordinación motora y la rapidez, ya que la escucha propioceptiva profunda logra optimizar la transmisión de los impulsos nerviosos.

Quien nunca haya probado este tipo de prácticas, podrá pensar que son ejercicios ‘aburridos’.

¡No es así!

Se aburre cuando no se hace nada, cuando la mente vaga desquitada buscando algo a lo que aferrarse.

En nuestro caso, las cosas que hay que hacer y controlar son muchas: hay que vaciar la mente, percibir la perfecta alineación con la gravedad, aflojar tensiones, escuchar la respiración, cultivar la relajación, etc.

Finalmente, una vez superado las molestias de los primeros meses, el tiempo empleado en la ‘meditación de pie’ correrá cada vez más fluido, gratamente, fructífero.

Entonces será posible comenzar a sentir porque podemos ser un puente, un mediante, un ‘anillo de conjunción’ entre lo que está ‘debajo’ de nosotros y lo que está ‘arriba’: disfrutaremos, por lo tanto, de la inigualable sensación de estar ‘arraigados a la Tierra y enganchados al cielo’.

Tomado de la web, desconozco el autor


 

viernes, 4 de junio de 2021

Escuchar... Con los pies


 Muchas artes marciales prefieren el contacto cercano o mejor aún el ‘continuado’.

En estas disciplinas, del Wing Chun al Taijiquan, se considera fundamental cultivar la ‘fuerza que escucha’, cualidades que los chinos llaman ‘Ting Jin’.

De ella depende la capacidad de sentir’ nítidamente la fuerza del oponente, controlarla, neutralizarla y devolverla.

El sentido del tacto así como los receptores neuro-musculares y articulares se acostumbran a interceptar, cada vez más finamente, cualquier señal mínima de presión o cualquier otro tipo de petición del oponente, advirtiéndola precozmente en su manifestación inicial.

Las ‘antenas’ utilizadas para captar esta información generalmente son los extremos de las extremidades superiores, tanto que los nombres tradicionales de los ejercicios de ‘escucha’ utilizados en las diferentes artes marciales hacen referencia a las manos (manos pegajosas, ‘manos que empujan’, etc.).

Obviamente, los antebrazos también tienen un papel fundamental en la manifestación de Ting Jin, ya que es precisamente esta zona corporal la que, generalmente, entra primero en contacto con el ataque de un oponente.

Sin embargo, hay una parte del cuerpo que es igual de importante para percibir la magnitud, las variaciones de tensión y las direcciones de la fuerza adversaria, es decir, los pies.

Esto sucede por razones muy precisas, sintetizadas por el maestro Yang Jwing-Ming en su ′′ Taichi. Teoría y potencia marcial ":

′′La tercera área corporal que se considera fundamental para el uso de Ting Jin es la planta del pie.

Los pies representan las raíces corporales, sin las cuales todas las técnicas flotarían en el aire y serían completamente ineficaces.

Siempre debería escuchar el intercambio de energía entre sus pies y el suelo.

Desarrollar Ting Jin en los pies significa desarrollar su raíz y mejorar su equilibrio.

Cuanto mayor sea la percepción de su raíz, mayor será su estabilidad corporal′′

 

Fuente: Fajin - Taijiquan & Cultura orientale