Cualquiera debería ser capaz de someter a una persona con un dedo.
La
fuerza humana está reducida a un círculo cuyo centro es el individuo, y no
puede ir más allá de ese círculo.
No
importa lo fuerte que sea un hombre; una vez que se extiende más allá de su
círculo, no tiene poder.
Si
uno intenta, fuera de su círculo de poder, someter a otro, entonces, como no
tiene poder, él mismo puede llegar a ser sometido con el dedo meñique.
Si
uno puede moverse dentro de su círculo de poder y forzar al otro a salir fuera
de su círculo, entonces el asunto está ya decidido
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