Flexibilidad
La flexibilidad es el secreto para vivir en
paz, mira que vale la pena y que no.
En la vida se darán varios huracanes y pocos
árboles quedarán en pie.
Las palmeras que son flexibles, son las que
mejor resisten a los fuertes y destructivos vientos.
Los árboles más fuertes son arrancados desde
sus raíces y mueren, no se quiebran, no ceden, no son flexibles.
La vejez, es sinónimo de rigidez, de falta de
flexibilidad.
Un bebé cuando nace es muy flexible y los
niños conservan la flexibilidad.
La flexibilidad es juventud, renacimiento,
salud, aprendizaje y armonía total.
Por ello no vale la pena ser terco u
obstinado.
Al ser terco u obstinado se corre el riesgo
de ser arrancado de raíz.
Vale la pena
Vale la pena, es una expresión que significa
que el esfuerzo hecho por conseguir algo tiene un buen resultado.
Muchas veces se entiende pena como penurias o
sufrimiento, pero realmente es el esfuerzo o molestia de trabajo.
Por ello, el concepto de flexibilidad es la
adaptación que se posee de adaptarse a una nueva situación.
En la parte física mecánica se entiende como
la respuesta a los esfuerzos y su desplazamiento.
Vale la pena ser flexible sin dejar de ser
firme como veremos más adelante.
Todas las especies que han logrado sobrevivir
en este planeta, han debido su existencia a su capacidad de adaptarse.
Todas aquellas que se han extinguido, no han
tenido dicha capacidad.
Saber escuchar
La sabiduría del adaptarse
es en mucho el saber escuchar, saber que ceder,
lo que nos llevará a no hacer las cosas en
vano.
Vano significa la distancia o hueco entre dos
apoyos, por ejemplo una ventana.
Vano es por lo tanto vacío, hueco, inútil.
Pero realmente, lo vano si puede ser útil.
En el taoísmo, la utilidad de la cosas es por lo vano o vacío.
En el taoísmo, la utilidad de la cosas es por lo vano o vacío.
Una ventana no será útil sin lo vano.
Un recipiente no tendrá razón de ser si no tiene un vacío.
Un recipiente no tendrá razón de ser si no tiene un vacío.
Por ello, inclusive en lo vano, debes saber
cómo ser flexible y adaptar tu vida.
Muchas veces aparentemente no ganarás nada con ceder a muchas circunstancias, pero al ceder puedes ganar mucho más.
En tai chi chuan, aikido y yudo, que son
artes marciales de comprobada eficacia, se utiliza la fuerza del contrario para
vencer.
Por ello es que debes tener la sabiduría para
saber cuándo ceder y que ceder.
Mucho se gana con saber escuchar, saber
conversar.
Reunirse, conversar, intercambiar opiniones,
no es acordar ni transar, no es perder y, muchas veces basta con ello para
acabar con muchos huracanes.
La mayor parte de los problemas es no
enfrentarlos como una palmera y pretendemos hacernos fuertes como un roble.
Muchos éxitos se logran con una caricia y no
con un golpe.
Autor Desconocido
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