como si pendiera de un cordel de oro.
La
mirada suave hacia delante,
relajando los ojos.
La
mandíbula, el cuello
y los hombros, blandos, relajados.
Como
agua fluyendo hacia la tierra,
disolviendo toda la rigidez.
Los
brazos se curvan suavemente
por fuera del cuerpo.
Gentilmente
se abren los dedos,
y apuntan apenas hacia abajo.
Con
la relajación interna
la respiración es más profunda.
Los
músculos de las rodillas se destraban naturalmente, hundiéndose un poquito
como
sentándose.
Los
pies absorben todo el peso del cuerpo, son la base de una gran pirámide.
La postura de Wu-Chi es la primera postura estática que se debería aprender ya que representa la energía primordial, el estado previo a Tai Chi, a la división de yin y yang.
El término chino en caligrafía original describe el completo poder del ser humano y el universo.
Sin importar el nivel de práctica, siempre es importante comenzar con Wu-Chi.
Esto asegura que uno se encuentre correctamente alineado, internamente relajado y conectado con los poderes del cielo y la tierra.
Externamente quieto y a partir de allí, recorriendo el cuerpo para eliminar las tensiones acumuladas en los músculos.
A medida que la practica avanza, uno desarrolla mayor sensibilidad y atención.
Se genera una mayor apertura hacia el entorno natural y al constante fluir de energía alrededor.
Se siente la inmensidad de la tierra por debajo y la ilimitada extensión del cielo por encima.
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