martes, 28 de julio de 2015

Principio de la raíz

La demostración más empírica de nuestra técnica es indudablemente la raíz. 

Tener una buena raíz no es nada fácil y ver a esos maestros soportando el empuje de cinco o seis personas sin que desplacen su cuerpo ni un sólo milímetro hace que nos hagamos la pregunta del millón: ¿cómo lo hace?
No encontraréis respuestas en documentos donde salen dibujos de personas que se imaginan ser árboles o de raíces saliendo de nuestros pies. Ese tipo de explicaciones pueden venirles bien a los orientales pero no a un occidental.
Es más probable que encontréis la respuesta en un libro de Ingeniería de cálculo de estructuras que en uno de taijiquan, pues todo se basa en la biomecánica-estructural del cuerpo y en cómo alinear cada uno de sus soportes de carga, en este caso las partes articuladas.
Otro punto importante es el control del centro de masa, que no es lo mismo que el centro de gravedad. El centro de masa debe situarse lo más bajo posible para conseguir una mayor estabilidad. Mientras más bajo el centro de masa, más raíz tendremos.
Sabiendo que la estructura y el control del centro de masa (CCMM) son las claves para dominar relativamente nuestra raíz, la cuestión es cómo o de qué manera podemos aplicar esos conceptos a nuestro cuerpo.
El CCMM se controla con la respiración abdominal, de tal forma que al llenar nuestros pulmones el plexo solar empuje hacia abajo los órganos viscerales y nuestro CCMM descienda. El hundimiento del pecho también es fundamental porque suma al CCMM un gramaje al ya conseguido. Mantener los codos mirando hacia abajo y los hombros hundidos también suma una pequeña cantidad al descendimiento del CCMM. Por último, debemos bascular la cadera hacia adelante de tal manera que el hueso sacro se sitúe apuntando hacia abajo. 
Todo este suma y sigue es muy importante porque de él depende que el trabajo de nuestras piernas sea efectivo a la hora de encontrar la raíz. Todo nuestro cuerpo debe estar enfocado a que el peso vaya hacia abajo teniendo siempre claro que no podrá sobrepasar más allá de donde los orientales sitúan el Tantien, para nosotros el hueso púbico.
Ya tenemos nuestro CCMM todo lo bajo posible pero eso no es suficiente para tener una raíz en condiciones. Hay que crear unos buenos cimientos al igual que cuando se construye una casa sólida y resistente.
La cintura no importa demasiado dónde esté porque lo que realmente da sentido a la raíz son las caderas. Las caderas son como el timón del barco. Aunque tengamos el CCMM en posición baja, es un error pensar que flexionando las piernas conseguiremos mayor raíz porque bajamos más nuestro CCMM. Si, puede que bajemos nuestro CCMM pero nuestro centro de gravedad también será alterado y nuestra verticalidad afectada y eso puede destruir todo el trabajo del CCMM si no lo hacemos con las alineaciones correctas, es decir, variando la posición de las caderas de forma inadecuada.
Las caderas gobiernan nuestra posición. Para cada una de las piernas, la cadera correspondiente nos sitúa en la dirección que queremos trazar con los pies. Dicho de otro modo, donde apunte la cadera, apunta el pie. Esta acción genera una rotación en el fémur hacia el exterior del cuerpo alineando femoral y tibial. Dicha acción es fundamental si queremos evitar lesiones de rotura de ligamentos internos/externos de los que tanto se lamentan los practicantes de taijiquan. La posición es dolorosa al principio, porque no estamos acostumbrados a soportar este giro tendinal. Una vez que los tendones de la cadera adquieran elasticidad es una posición muy cómoda y se vuelve natural.
No importa el tipo de postura de piernas que adoptemos, Xubu, Gongbu o la que sea, lo fundamental es que la cadera se mantenga completamente inalterable y que las rotaciones del cuerpo las realicemos con la cintura.
La pierna llena es la que se encarga de llevar la fuerza hacia abajo a través del cuádriceps. La pierna vacía es la que da soporte al control del centro de gravedad junto con la alineación de la columna y ayuda a crear estabilidad en la postura. La posición de los pies no debe ser demasiado abierta ni demasiado cerrada, es decir, debemos mantener la posición que nos marque el ancho de nuestra apertura de cadera.
Es muy importante mantener el cuerpo bien estructurado porque de no estarlo es como construir una casa con buenos cimientos pero con pilares de espuma.
Este es (lo más resumido que he podido) el método de enraizamiento, pero como podéis imaginar es la parte fácil. Ahora queda lo complicado que es moverse sin perder esa raíz y sin que se vuelva un movimiento pesado.
Cómo ejercicio recomiendo realizar la forma junto con un compañero que nos empuje de forma progresiva en dirección opuesta a nuestro movimiento (al principio, más adelante en cualquier dirección). Esto nos dará una consciencia mayor de cómo estamos de raíz y de cómo podemos mejorar nuestro trabajo postural.
Espero que con este material podáis perfeccionar el trabajo de raíz. Si no sale a la primera no desesperéis. Un buen puchero se hace a fuego lento.

 





No hay comentarios.: