viernes, 17 de septiembre de 2021

La bondad es una virtud, pero la estupidez no lo es.


 

 

 

 

 

 

 

 

La bondad está arraigada en el corazón de todos.

Es gracias a la bondad que el mundo tiene calidez y esperanza.

Sin embargo, la bondad también necesita de sabiduría y agudeza racional; la bondad ignorante es estupidez.

Erase una vez, un maestro Zen que estaba meditando cerca del agua y que de repente escuchó un ruido anormal junto a él.

Resultó que un escorpión había caído al agua y estaba luchando desesperadamente por salir.

El maestro Zen extendió su mano para atrapar al escorpión, pero fue picado por éste. Lo puso en el suelo y continuó con su meditación.

Después de un rato, el escorpión volvió a caer al agua, y el maestro Zen extendió la mano para pescarlo de nuevo y el escorpión volvió a picarlo. Más tarde, el escorpión volvió a caer al agua, y el maestro Zen extendió la mano para pescarlo y el escorpión volvió a picarlo.

Un pescador lo vio y le preguntó al maestro Zen:

-“El escorpión te pica una y otra vez, ¿por qué quieres salvarlo?”

El maestro Zen dijo:

-“Es su naturaleza picar, y la compasión es mi naturaleza”.

En ese momento, el escorpión volvió a caer al agua y el maestro Zen estaba a punto de estirar la mano para pescarlo.

El pescador tomó una rama y el escorpión trepó por la rama.

El pescador dijo:

-"Es correcto ser compasivo, pero primero debes ser compasivo contigo mismo y protegerte antes de poder ser compasivo con los seres sensibles”.

La bondad es algo bueno, pero requiere el filo de la sabiduría.

El corazón humano es complicado, el mundo es difícil y peligroso, y la bondad ignorante e irracional solo hará que las personas con motivos ocultos se aprovechen de ello y, en última instancia, se lastimen.

Fuente:  Unión Taoísta de España

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