viernes, 9 de octubre de 2015

Respiración diafragmática o abdominal

Esta respiración está regulada por el movimiento del diafragma, el abdomen se hincha y se deshincha como si fuera un globo.
Es la respiración innata, original y natural del ser humano, podemos comprobarlo al observar como respira un bebé en la cuna.
Al tomar aire desplazamos el diafragma hacia abajo, pasando de su forma inicial de cúpula a una forma casi plana.
Con este movimiento el aire puede llegar hasta la zona más baja de nuestros pulmones, siendo los órganos abdominales desplazados hacia abajo, y saliendo ligeramente hacia fuera.
Este movimiento del diafragma posibilita la mayor capacidad respiratoria de nuestros pulmones (la cantidad de aire que puede penetrar equivale a 3 respiraciones realizadas de forma torácica).
La mayor capacidad de intercambio gaseoso la recibimos a través de la respiración abdominal con el resultado de un + 20% a 30% porque el volumen aumenta hacia abajo.
La Respiración diafragmática o abdominal es la forma correcta de respirar cuando están haciendo los ejercicios de Chi kung o cualquier otro arte.
Respirar correctamente cuando estás practicando es fundamental para obtener energía y mantener la mente concentrada, alerta y en armonía con el movimiento.
Sin la respiración adecuada, la práctica carece de una importante carga terapéutica a nivel físico, mental, emocional y espiritual.
La principal ventaja de la respiración abdominal es su rentabilidad energética.
En la respiración abdominal se requiere poca inversión de oxígeno y energía para movilizar el abdomen, pues se distiende gracias a la relajación, por lo que la rentabilidad en la obtención de oxígeno y energía es elevada.
La respiración abdominal es rentable, con poca inversión energética se consigue mucho oxígeno y energía.
Y esto es lo que interesa en Chikung: guardar y conservar la energía y no malgastarla.

Biomecánica de la respiración:
Respirar con calidad consiste en distender y relajar la zona del bajo abdomen en la fase de inspiración, lo que facilita al músculo diafragmático moverse hacia abajo.
De esta manera los pulmones disponen de más espacio en la parte inferior, entonces los lóbulos incrementan su dilatación y expansión y por tanto la capacidad de intercambio de oxígeno y anhídrido carbónico.
El bajo abdomen se contrae en la fase de espiración y el diafragma vuelve a subir.
El diafragma es el único músculo del cuerpo humano que es paralelo al suelo.
Tiene forma de cúpula o de paracaídas y está formado por tejidos tanto musculares como conjuntivos.
Su forma de membrana permite el movimiento hacia cualquier dirección, manteniendo propiedades de elasticidad, contractilidad y deformabilidad en cualquier sentido.
El diafragma se engarza en diferentes músculos importantes para el movimiento y que pertenecen a las principales cadenas musculares.
Une la parte delantera del cuerpo con la de atrás, compensa la diferencia de presión entre la caja torácica y el abdomen y amortigua los desplazamientos de las vísceras.
La función principal del diafragma es la respiratoria pero también la amortiguadora, la lordosante, lateroflexora y rotadora, coordinadora, cinética y estática, por tanto el diafragma y el sistema muscular del que forma parte es protagonista y define la función corporal.
Tiene un orificio en medio que no es contráctil, pues su misión es deslizarse alrededor del esófago, aorta, vena cava y nervios; estas estructuras que no pueden ser colapsadas en su funcionamiento.
El ciclo de inspiración y espiración siempre se realiza por la nariz que filtra, calienta y humedece el aire, de manera suave, muy lenta, continua y silenciosa. Notamos la entrada del aire en las fosas nasales, escuchamos el sonido que genera, la sensación táctil en las aletas, sentimos su temperatura, más fresca al inspirar y más cálida al espirar, como si la nariz fuera una ventana.
Notamos la temperatura del aire por contraste.
Tomamos consciencia como el aire, fino e ininterrumpido como un hilo de seda sube hasta el entrecejo y baja hasta el abdomen y recorre el mismo camino de regreso.
El factor clave es prestar atención, darse cuenta y ser plenamente consciente de todo este proceso vital.
Unos minutos respirando de forma consciente bastan para restablecer el equilibrio emocional y la sensación de plenitud.
Es la respiración que con muy poca frecuencia realizamos. Los adultos hemos desaprendido y olvidado el respirar de forma natural.
Además es el tipo de respiración que nos proporciona una mayor calma en nuestro sistema nervioso.
Así que es necesario re-aprenderla para así convertirla en nuestra respiración natural.

Beneficios para la salud.
La contracción y distensión de la membrana diafragmática tiene claros beneficios físicos dado que ejerce una masaje a los riñones, al hígado, al bazo, al páncreas, así como a los órganos digestivos favoreciendo el movimiento peristáltico y la función de asimilación, también ayuda a un mejor funcionamiento del tránsito intestinal al estimular el intestino grueso, y, lo más importante es que reduce el trabajo del corazón dado que actúa a modo de bomba, o segundo corazón, sobre las venas aorta y cava en el bajo abdomen facilitando la circulación venosa hacia el corazón. El nervio neumogástrico, conocido como “vago”, empieza en la caja craneal y desciende por el cuello y el tórax hasta llegar al abdomen. Recorre los sistemas cardiovascular, respiratorio y digestivo, inervando todos sus órganos y glándulas. El nervio vago confiere sensibilidad a las mucosas respiratorias (faringe, laringe, esófago, tráquea, pulmones y bronquios) y transmite el ritmo, la fuerza y la frecuencia en la respiración. Es el nervio vago el que pone en comunicación el diafragma con el cerebro, entre psique y soma o soma y psique y transmite nerviosismo o sosiego, ira o calma.
La técnica de la respiración abdominal o diafragmática es la siguiente:
Ponte boca arriba en una superficie plana, con tus rodillas flexionadas y con un soporte (almohada) en tu cabeza. Puedes usar una almohada bajo tus rodillas para soportar tus piernas.
Coloca una mano en la parte superior del pecho y la otra simplemente debajo de tu caja torácica en el ombligo. Esto te permitirá sentir tu movimiento del diafragma y el abdomen cuando respiras.
Aspira, inspira, (Inhala) lentamente a través de la nariz llevando el aire a la zona del ombligo permitiendo que el abdomen se hinche y suba a fin de que tu estómago se mueva fuera en contra de tu mano.
Manteniendo siempre la mente ahí.
La mano en tu pecho debería permanecer tan quieta como sea posible.
Ahora espira (exhala) lentamente por la nariz hasta vaciar por completo, atiende a tu vientre y comprueba cómo va bajando.
Ayúdate con la mano para empujar ligeramente tus músculos del abdomen, ayudándolos para que se muevan hacia dentro cuando exhales.
Cuando has obtenido el vacío, vuelves a empezar con otra inhalación lenta, profunda y consciente.
La mano en tu pecho debe permanecer tan quieta como sea posible.
Mientras estás aprendiendo esta técnica puedes realizar este ejercicio en una cama.
Cuando ya tengas práctica conforme vayas dominando el ejercicio de respiración puedes realizar los mismos ejercicios cuando te encuentres sentado o de pie, luego andando y por último mientras haces los ejercicios de Chikung, tendrá un extraordinario poder sobre tu salud a todos los niveles.
La clave es la constancia, se recomiendo practicar todos los días.



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