Esta
respiración está regulada por el movimiento del diafragma, el abdomen se hincha
y se deshincha como si fuera un globo.
Es la
respiración innata, original y natural del ser humano, podemos comprobarlo al
observar como respira un bebé en la cuna.
Al tomar
aire desplazamos el diafragma hacia abajo, pasando de su forma inicial de
cúpula a una forma casi plana.
Con este
movimiento el aire puede llegar hasta la zona más baja de nuestros pulmones,
siendo los órganos abdominales desplazados hacia abajo, y saliendo ligeramente
hacia fuera.
Este
movimiento del diafragma posibilita la mayor capacidad respiratoria de nuestros
pulmones (la cantidad de aire que puede penetrar equivale a 3 respiraciones
realizadas de forma torácica).
La mayor
capacidad de intercambio gaseoso la recibimos a través de la respiración
abdominal con el resultado de un + 20% a 30% porque el volumen aumenta hacia
abajo.
La
Respiración diafragmática o abdominal es la forma correcta de respirar cuando
están haciendo los ejercicios de Chi kung o cualquier otro arte.
Respirar
correctamente cuando estás practicando es fundamental para obtener energía y
mantener la mente concentrada, alerta y en armonía con el movimiento.
Sin la
respiración adecuada, la práctica carece de una importante carga terapéutica a
nivel físico, mental, emocional y espiritual.
La
principal ventaja de la respiración abdominal es su rentabilidad energética.
En la
respiración abdominal se requiere poca inversión de oxígeno y energía para
movilizar el abdomen, pues se distiende gracias a la relajación, por lo que la
rentabilidad en la obtención de oxígeno y energía es elevada.
La
respiración abdominal es rentable, con poca inversión energética se consigue
mucho oxígeno y energía.
Y esto es
lo que interesa en Chikung: guardar y conservar la energía y no malgastarla.
Biomecánica
de la respiración:
Respirar
con calidad consiste en distender y relajar la zona del bajo abdomen en la fase
de inspiración, lo que facilita al músculo diafragmático moverse hacia abajo.
De esta
manera los pulmones disponen de más espacio en la parte inferior, entonces los
lóbulos incrementan su dilatación y expansión y por tanto la capacidad de
intercambio de oxígeno y anhídrido carbónico.
El bajo
abdomen se contrae en la fase de espiración y el diafragma vuelve a subir.
El
diafragma es el único músculo del cuerpo humano que es paralelo al suelo.
Tiene
forma de cúpula o de paracaídas y está formado por tejidos tanto musculares
como conjuntivos.
Su forma
de membrana permite el movimiento hacia cualquier dirección, manteniendo
propiedades de elasticidad, contractilidad y deformabilidad en cualquier
sentido.
El
diafragma se engarza en diferentes músculos importantes para el movimiento y
que pertenecen a las principales cadenas musculares.
Une la parte
delantera del cuerpo con la de atrás, compensa la diferencia de presión entre
la caja torácica y el abdomen y amortigua los desplazamientos de las vísceras.
La
función principal del diafragma es la respiratoria pero también la
amortiguadora, la lordosante, lateroflexora y rotadora, coordinadora, cinética
y estática, por tanto el diafragma y el sistema muscular del que forma parte es
protagonista y define la función corporal.
Tiene un
orificio en medio que no es contráctil, pues su misión es deslizarse alrededor
del esófago, aorta, vena cava y nervios; estas estructuras que no pueden ser colapsadas
en su funcionamiento.
El ciclo
de inspiración y espiración siempre se realiza por la nariz que filtra,
calienta y humedece el aire, de manera suave, muy lenta, continua y silenciosa.
Notamos la entrada del aire en las fosas nasales, escuchamos el sonido que
genera, la sensación táctil en las aletas, sentimos su temperatura, más fresca
al inspirar y más cálida al espirar, como si la nariz fuera una ventana.
Notamos
la temperatura del aire por contraste.
Tomamos
consciencia como el aire, fino e ininterrumpido como un hilo de seda sube hasta
el entrecejo y baja hasta el abdomen y recorre el mismo camino de regreso.
El factor
clave es prestar atención, darse cuenta y ser plenamente consciente de todo
este proceso vital.
Unos
minutos respirando de forma consciente bastan para restablecer el equilibrio
emocional y la sensación de plenitud.
Es la
respiración que con muy poca frecuencia realizamos. Los adultos hemos desaprendido
y olvidado el respirar de forma natural.
Además es
el tipo de respiración que nos proporciona una mayor calma en nuestro sistema
nervioso.
Así que
es necesario re-aprenderla para así convertirla en nuestra respiración natural.
Beneficios para la salud.
La
contracción y distensión de la membrana diafragmática tiene claros beneficios
físicos dado que ejerce una masaje a los riñones, al hígado, al bazo, al
páncreas, así como a los órganos digestivos favoreciendo el movimiento
peristáltico y la función de asimilación, también ayuda a un mejor
funcionamiento del tránsito intestinal al estimular el intestino grueso, y, lo
más importante es que reduce el trabajo del corazón dado que actúa a modo de
bomba, o segundo corazón, sobre las venas aorta y cava en el bajo abdomen
facilitando la circulación venosa hacia el corazón. El nervio neumogástrico,
conocido como “vago”, empieza en la caja craneal y desciende por el cuello y el
tórax hasta llegar al abdomen. Recorre los sistemas cardiovascular,
respiratorio y digestivo, inervando todos sus órganos y glándulas. El nervio
vago confiere sensibilidad a las mucosas respiratorias (faringe, laringe,
esófago, tráquea, pulmones y bronquios) y transmite el ritmo, la fuerza y la
frecuencia en la respiración. Es el nervio vago el que pone en comunicación el
diafragma con el cerebro, entre psique y soma o soma y psique y transmite
nerviosismo o sosiego, ira o calma.
La
técnica de la respiración abdominal o diafragmática es la siguiente:
Ponte
boca arriba en una superficie plana, con tus rodillas flexionadas y con un
soporte (almohada) en tu cabeza. Puedes usar una almohada bajo tus rodillas
para soportar tus piernas.
Coloca
una mano en la parte superior del pecho y la otra simplemente debajo de tu caja
torácica en el ombligo. Esto te permitirá sentir tu movimiento del diafragma y
el abdomen cuando respiras.
Aspira,
inspira, (Inhala) lentamente a través de la nariz llevando el aire a la zona
del ombligo permitiendo que el abdomen se hinche y suba a fin de que tu
estómago se mueva fuera en contra de tu mano.
Manteniendo
siempre la mente ahí.
La mano
en tu pecho debería permanecer tan quieta como sea posible.
Ahora
espira (exhala) lentamente por la nariz hasta vaciar por completo, atiende a tu
vientre y comprueba cómo va bajando.
Ayúdate
con la mano para empujar ligeramente tus músculos del abdomen, ayudándolos para
que se muevan hacia dentro cuando exhales.
Cuando
has obtenido el vacío, vuelves a empezar con otra inhalación lenta, profunda y
consciente.
La mano
en tu pecho debe permanecer tan quieta como sea posible.
Mientras
estás aprendiendo esta técnica puedes realizar este ejercicio en una cama.
Cuando ya
tengas práctica conforme vayas dominando el ejercicio de respiración puedes
realizar los mismos ejercicios cuando te encuentres sentado o de pie, luego
andando y por último mientras haces los ejercicios de Chikung, tendrá un
extraordinario poder sobre tu salud a todos los niveles.
La clave
es la constancia, se recomiendo practicar todos los días.