Perdiendo tesoros por el
camino.
La olvidadiza memoria de
la consciencia.
Desde que emprendemos
nuestro "camino hacia el Tai
chi chuan " es como si cargásemos una mochila a cuestas, en un
principio pesado fardo de vicios, prejuicios y debilidades, aunque también
llevamos nuestra propia provisión de virtudes e ilusiones.
En el transcurso de nuestro aprendizaje iremos descargando tensiones físicas y mentales, concepciones erróneas acerca del funcionamiento de nuestro cuerpo, etc.
En el transcurso de nuestro aprendizaje iremos descargando tensiones físicas y mentales, concepciones erróneas acerca del funcionamiento de nuestro cuerpo, etc.
Tendremos que dejar atrás
todo ese peso inútil, creando espacio para los conocimientos que poco a poco
iremos adquiriendo.
Porque paulatinamente nos
iremos encontrando detalles, trucos, claves a veces simples, a veces más
complejas.
También recolectaremos
"conocimientos conscientes", que formarán parte casi automáticamente
de nuestra práctica.
Sin embargo, el esfuerzo
de atención que supone el Tai chi
chuan nos obliga a que, de vuelta a vuelta de espiral, tengamos que
ir fijándonos cada vez en más y más detalles.
Y no podemos andar como
niños ansiosos, llevando en nuestros brazos todos aquellos juguetes que
encontramos por el camino, porque cada vez que nos agachemos para coger uno se
nos caerán tres.
Y esto es prácticamente lo
mismo que nos ocurre con lo que estamos aprendiendo.
Cuando damos un paso
adelante al haber comprendido algo, tenemos que empezar a prestar atención a
otras muchas cosas que hasta ese momento quizá ni siquiera supiéramos que
existían, y es normal que al hacerlo dejemos de cuidar otras cuestiones que
hace tiempo nos costó tanto trabajo asimilar.
Vamos perdiendo tesoros
por el camino, la consciencia es un estado de atención, no un conocimiento
duradero.
Pero por suerte no solemos
tardar mucho en echar en falta aquello que se nos cayó, y volviendo nuestros
pasos atrás lo recuperamos, sin tener que dejar por ello en el suelo nuestras
últimas adquisiciones.
Por eso hay que ser muy
cuidadoso a la hora de aprender aquello que en cada momento estemos estudiando.
Hay que practicar y
practicar, buscar y perfeccionar hasta captar el detalle y aprehenderlo,
hacernos conscientes de él.
Y entonces dar el
siguiente paso, pero sólo entonces, o acabaremos con todos los regalos por el
suelo.
Es peligroso pretender
aprender más de lo que en cada momento podemos asimilar.
©J. Manuel
Bonilla (Boni)
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