viernes, 29 de diciembre de 2023

La interacción del yin y el yang


 Todos los grandes maestros del pasado siempre han argumentado que Taijiquan, practicado exclusivamente como un ejercicio de salud "solo", pierde gran parte de su esencia, efectividad e incluso sus beneficios para la salud.

En ese Taiji, reducido a una simple gimnasia, el movimiento puede desarrollarse de una manera suave y armoniosa, pero es casi imposible que alguna vez pueda llegar a ser realmente "energético".

Sin una perspectiva adecuada (también marcial), el movimiento no puede guiarse adecuadamente por la Intención; sin esto, la práctica no puede ser realmente efectiva incluso desde el punto de vista de la salud.

Cuando hablamos de "perspectiva marcial" no estamos aludiendo al combate sino trabajando en pareja.

La aportación de un socio que envía un mensaje de texto e insta al profesional es, de hecho, irremplazable; en el curso de la labor conjunta, los impulsos mutuos afectan poderosamente a muchas de esas cualidades que cada profesional debe desarrollar: correcta disposición postural, profunda relajación, correctas alineaciones articuladas, etc...

Sin ella, nunca sabrás si la práctica de la forma "solo" y las habilidades que debe proporcionar son reales o simplemente "imaginarias".

Al trabajar con el socio, los impulsos externos estimulan la regulación dinámica de la estructura corporal y hacen que el practicante se acostumbre a "no" reaccionar instintivamente.

De esta manera puede cultivar el "Tin Jin" (la "fuerza que escucha") y adquirir esa habilidad perceptiva que le hace entender cómo adaptarse y armonizar con la fuerza que recibe.

Este tipo de trabajo, con el paso del tiempo, altera esas reacciones inconscientes y automáticas que inconscientemente hacen que nos opongamos a la fuerza contra la fuerza; mientras que la práctica del arte se basa en aceptar, rendirse, someterse a fuerzas externas para absorberlas y neutralizarlas.

Por lo tanto, el estudio de la forma, a pesar de ser fundamental, no debe ser considerado, corte de defensa, como Taiji: es sólo "una pieza", una herramienta de práctica; una de las más importantes, pero no un fin.

Porque todas las disciplinas de artes marciales, ninguna excluida, se basan en el concepto de "interacción". Querer ignorar este hecho en la práctica de Taiji impide que la mente, cuerpo y movimiento del practicante alcancen un entendimiento de la armonía que se produce en la interacción de los opuestos: lo suave y lo duro; lo lento y lo rápido; el Yin y el Yang.

Y esto es exactamente la "nut", la base, la esencia de Taijiquan.

 

Fuente: Fajin - Taijiquan & Cultura orientale

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