No hay motivos para ser
cruel.
No necesitas demostrar tu
fuerza.
Sé cortés incluso con tus
enemigos.
Sin esta muestra directa
de respeto no somos mejores que los
animales.
Se recibe respeto no sólo
por la fiereza en la batalla,sino también por la manera
de tratar a los demás.
La auténtica fuerza
interior se vuelve evidente en tiempos de
apuros.
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