sábado, 20 de abril de 2019

Veo a mis compañeros hablar mal de otros


Un estudiante va con su Sensei y le dice:
-¡Maestro no vendré más al Dojo!
Y el Sensei le respondió:
-¿Por qué dices eso?
El joven alterado, le contestó:
-Veo a mis compañeros hablar mal de otros; siento que mi Senpai no me explica bien e incluso usted Sensei, ya no me dedica tiempo como antes; los estudiantes nuevos no tienen el interés que deberían, cosa que le hace mal al grupo; entre tantas y tantas otras cosas malas que veo.
El Maestro sin dudarlo le respondió:
-Esta bien, pero antes quiero que me hagas un favor: Corriendo y sin detenerte realiza 25 vueltas al tatami y luego sin descanso, haces 25 ukemi por ambos brazos... Después de eso, podrás retirarte.
Y el joven pensó: (Nada complicado, puedo hacerlo!)
Y dio las vueltas, apresurado y los ukemi, como le solicitó el Sensei.
Cuando terminó dijo:
-Listo, Sensei.
Y el Maestro le respondió:
-Cuando estabas dando vueltas, ¿viste a tus compañeros hablar mal de otros?
El joven estudiante dijo:
-No...
-¿Viste que tu Senpai y yo tu Maestro, ambos estábamos al pendiente de tí?
El joven:
-No pude verlos...
¿Viste a tus Kohai y nuevos estudiantes distraídos o poco animados haciendo lo que no debían?
El joven:
-No, tampoco.
-¿Sabes por qué? Estabas concentrado en hacer lo que debías y de la mejor manera que pensabas.

‘Lo mismo sucede en nuestra vida.

Cuando nuestro enfoque 

es responsable y consciente
de la práctica verdadera y 
del objetivo final del Aikido,
no tenemos tiempo de ver 
los errores de la gente o los demás.
Quién sale del Dojo por causa de la gente,
nunca entró por una buena razón’.

Editado por Pedro Fuentes



“Aplícalo en toda tu vida, sea cual sea
tu disciplina marcial o la actividad que realices;
quédate con el mensaje o compártelo.
Enfócate en tus metas e ignora
lo que los otros hacen y llegarás a donde quieres llegar”.
 


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