Un estudiante va con su Sensei y
le dice:
-¡Maestro no vendré más al Dojo!
-¡Maestro no vendré más al Dojo!
Y el Sensei le respondió:
-¿Por qué dices eso?
-¿Por qué dices eso?
El joven alterado, le contestó:
-Veo a mis compañeros hablar mal de otros; siento que mi Senpai no me explica bien e incluso usted Sensei, ya no me dedica tiempo como antes; los estudiantes nuevos no tienen el interés que deberían, cosa que le hace mal al grupo; entre tantas y tantas otras cosas malas que veo.
-Veo a mis compañeros hablar mal de otros; siento que mi Senpai no me explica bien e incluso usted Sensei, ya no me dedica tiempo como antes; los estudiantes nuevos no tienen el interés que deberían, cosa que le hace mal al grupo; entre tantas y tantas otras cosas malas que veo.
El Maestro sin dudarlo le
respondió:
-Esta bien, pero antes quiero que me hagas un favor: Corriendo y sin detenerte realiza 25 vueltas al tatami y luego sin descanso, haces 25 ukemi por ambos brazos... Después de eso, podrás retirarte.
-Esta bien, pero antes quiero que me hagas un favor: Corriendo y sin detenerte realiza 25 vueltas al tatami y luego sin descanso, haces 25 ukemi por ambos brazos... Después de eso, podrás retirarte.
Y el joven pensó: (Nada
complicado, puedo hacerlo!)
Y dio las vueltas, apresurado y los ukemi, como le solicitó el Sensei.
Cuando terminó dijo:
Y dio las vueltas, apresurado y los ukemi, como le solicitó el Sensei.
Cuando terminó dijo:
-Listo, Sensei.
Y el Maestro le respondió:
-Cuando estabas dando vueltas, ¿viste
a tus compañeros hablar mal de otros?
El joven estudiante dijo:
El joven estudiante dijo:
-No...
-¿Viste que tu Senpai y yo tu
Maestro, ambos estábamos al pendiente de tí?
El joven:
El joven:
-No pude verlos...
¿Viste a tus Kohai y nuevos
estudiantes distraídos o poco animados haciendo lo que no debían?
El joven:
El joven:
-No, tampoco.
-¿Sabes por qué? Estabas
concentrado en hacer lo que debías y de la mejor manera que pensabas.
‘Lo mismo
sucede en nuestra vida.
Cuando
nuestro enfoque
es responsable y consciente
de la
práctica verdadera y
del objetivo final del Aikido,
no
tenemos tiempo de ver
los errores de la
gente o los demás.
Quién
sale del Dojo por causa de la gente,
nunca
entró por una buena razón’.
Editado por Pedro Fuentes
“Aplícalo
en toda tu vida, sea cual sea
tu
disciplina marcial o la actividad que realices;
quédate
con el mensaje o compártelo.
Enfócate
en tus metas e ignora
lo que
los otros hacen y llegarás a donde quieres llegar”.
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