El sabio posee
un espíritu libre. Hace suyo el sentir de los hombres. Es bueno con los
buenos y también con los que no son buenos. El sabio vive en el respeto de
todos. Abarca a todos en su espíritu. Cuando los hombres se apoyan en él,
observándolo y escuchándolo, el sabio los acoge como a sus hijos.
Sé sincero sin lastimar y obtendrás el reconocimiento
y el respeto.
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