Creo que en nuestra época las artes marciales
son un lenguaje, porque ya no estamos en un tiempo en el que sirvan para ir a
la guerra y matar o que te maten.
Hoy día si quieres matar a alguien no aprendes
Taichi, te buscas una pistola o algo así.
En este contexto social creo que el arte marcial
continúa siendo importante como un área donde explorar nuestra propia
violencia y buscar la forma de ir más allá, hacia la paz.
Eso es lo que aparece casi siempre cuando entro
en este terreno con mis alumnos: la posibilidad de investigar este tema en
profundidad, mucho más allá de las creencias, y esto es algo muy difícil.
Porque alguien puede creer firmemente en la paz
y pensar que tiene superada su propia violencia interior, pero después, en el
trato con la familia o con los seres cercanos surgen la rabia, la
impaciencia, las palabra crueles...
Esto nos ocurre a todos.
Hay una gran distancia entre lo que creemos y lo
que vivimos, y me parece que las artes marciales nos ofrecen un espacio donde
ponernos a jugar y revelarle al otro, y también a nosotros mismos, los
patrones que tenemos.
Y después, cuando fuera del entrenamiento surja
algo negativo y llegue el momento de aplicar todo esto, en vez de reaccionar
con violencia, al menos seremos capaces de detenernos un instante y responder
de otra manera.
A mí me interesa este nivel de las artes
marciales que no tiene nada que ver con ganar o perder en la lucha, ni con la
competición, porque aunque esas cosas pueden dar muchas satisfacciones, en
realidad lo que me importa es el lenguaje de exploración y descubrimiento que
no hace daño y con el que podemos reír, jugar y aprender.
El lado marcial nos ofrece una oportunidad que
se presenta muy raras veces, sobre todo de adultos, porque hemos perdido la
posibilidad de jugar a pelearnos con golpes, patadas, puñetazos, etc.
Tew Bunag
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viernes, 11 de noviembre de 2016
Las artes marciales son un lenguaje
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