Los labios de la sabiduría están
cerrados,
excepto para los oídos del entendimiento.
Donde caen las pisadas del
maestro,
los oídos de aquellos preparados para su enseñanza
se abren de par en
par.
Cuando los oídos del estudiante
están listos para oír,
entonces vienen los labios a llenarlos con sabiduría.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario