Había un hombre que pasó tres años esculpiendo un trozo de
jade para darle forma de hoja.
Presentó su obra maestra al príncipe, que quedó
muy impresionado y lo contrató.
La hoja parecía tan real que si se ponía entre hojas de
verdad no se la podía distinguir.
Todo el mundo señalaba que era una obra de
arte muy hermosa.
Sin embargo, cuando Lie Tze tuvo noticia de ello, dijo
humorísticamente:
“Si la naturaleza necesitara tres años para hacer una hoja,
tendríamos problemas.”
Así pues, el sabio sabe que por mucho que imitemos a la
naturaleza,
esta continúa haciéndolo mejor.
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