Él reflexiona bastante antes de actuar; sopesa su
entrenamiento, su responsabilidad y su deber como maestro.
Procura mantener la serenidad y analizar cada paso como si
fuese lo más importante.
No obstante, en el momento en que toma una decisión, el
guerrero sigue adelante: ya no tiene más dudas sobre lo que escogió, ni cambia
de ruta si las circunstancias fueran diferentes a lo que imaginaba.
Si su decisión fue la correcta, vencerá en el combate, aun
cuando dure más de lo previsto.
Si su decisión fue equivocada, él será derrotado y tendrá que
recomenzar todo otra vez, pero lo hará con más sabiduría.
Pero un guerrero de la luz, cuando comienza, llega hasta el final.
Es importante en nuestro camino cuando se toma una decisión
seguir ADELANTE.
Se puede ganar o no la batalla, pero volveremos a empezar y
con más sabiduría.
No se puede cambiar de monta en medio del río, seguro
caeríamos.
Y no aprenderíamos nada.
La vida tiene oportunidades, decisiones, no se pierde nada en
seguir una.
Lo bueno es avanzar siempre.
Aunque el combate sea más largo de lo pensado.
S.C.
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