Las artes marciales pueden compararse con
muchas cosas.
Pero si a algo se parecen es a un árbol.
Sí, sí… a un árbol.
Cada una de las partes que componen un
árbol tiene una equivalencia en artes marciales.
¿Que no te lo crees?
Pues a continuación te explicamos el porqué
de esta afirmación.
¿Preparado?
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La raíces
Las
raíces son las que sostienen el árbol, su base.
Todo
lo demás se sustenta en ellas.
Con
estas premisas, podríamos equipararlas con los fundamentos de un arte
marcial.
Unas
raíces fuertes aseguran consistencia en la práctica marcial ¿verdad?
Las
raíces representan los fundamentos de las artes marciales
Sin
embargo, no solamente sirven de sostén.
A
través de ellas también se nutre la planta.
Por
eso, en artes marciales se vuelve una y otra vez a la técnica fundamental. Es
una forma de seguir alimentando nuestro desarrollo como artistas
marciales.
Los
fundamentos no son algo que se aprende y no se vuelve a practicar, sino que
se revisan una y otra vez.
Y
cada vez se encuentran nuevas claves para seguir creciendo.
Pero
para desarrollar unas buenas raíces es necesario un entorno adecuado, una
tierra fértil… una buena escuela.
En
una buena escuela las raíces serán lo suficientemente fuertes para que
nuestro árbol marcial crezca fuerte y sano.
El tronco
El
tronco del artista marcial es su desarrollo en su sistema
Y
hablando de crecer… en base a las raíces el árbol comenzará a crecer con un
pequeño tallo.
Al
principio será, delgado y frágil.
Puede
que necesite que el jardinero lo proteja, incluso que le ponga una guía
para ayudarle a mantenerse recto y apuntar siempre hacia arriba,
igual que un maestro guía a sus alumnos.
A medida
que crece se va fortaleciendo, y el jardinero es cada vez menos importante.
Pero
siempre viene bien un poco de abono y alguna que otra ayuda.
El
tronco del árbol es el desarrollo del artista marcial en su sistema.
Si
es recto y fuerte soportará el peso de las ramas sin problemas, las
inclemencias del tiempo… si no, simplemente se torcerá o se quebrará, y ya no
crecerá nada más.
Las ramas
Las
ramas representan diferentes vías de estudio y desarrollo que, de alguna
manera, se separan del tronco
A
todo árbol le crecen ramas.
Y
a todo artista marcial le llega el momento de elegir su propio
camino.
O
caminos.
Dentro
de un arte marcial siempre hay varias líneas, varias ramas ¿o no?
Pero
además el practicante empieza a experimentar, y en el tronco de su arte
marcial aparecen nuevos conceptos, otras artes marciales, otros maestros…
cada uno da pie a una nueva rama, una nueva vía de crecimiento y desarrollo.
Algunas
siguen una dirección parecida a la del tronco, aunque otras se separan
de este.
Unas puede
que no lleven a ninguna parte y mueran, pero otras permanecen.
Ojo,
siempre nutriéndose de las raíces y sostenidas por el tronco.
Pero,
sin esta ramificación de la práctica personal, sin probar cosas nuevas y
comparar con las que uno ha visto, sin investigar sobre el propio arte
marcial y sobre otros.
¿Qué es un artista marcial?
¿Qué
es un árbol sin ramas?
Las hojas y las flores
Las
hojas y las flores completan el árbol
Y
¿cuál es el resultado de esta ramificación, de esta búsqueda personal?
Pues
que el árbol florece, y el artista marcial puede mostrarse en su máximo
esplendor.
El
árbol no está completo hasta que no aparecen las hojas y las flores, que
culmina el proceso de desarrollo del árbol, del artista marcial.
Son
matices, detalles propios del practicante, personales, que hacen personal su arte.
Sin
embargo, por supuesto, este proceso no ha finalizado.
Se
repite cíclicamente, y es inagotable, interminable.
Las
hojas, las flores… el conocimiento propio, está cambiando permanentemente, en
constante evolución, aunque siempre sobre las mismas bases, sobre la misma
estructura del árbol, ya maduro.
Los frutos
El
jardinero ayudado a crecer a los nuevos árboles
Y
hablando de madurar ¿dónde quedan los frutos?
Bueno,
no todas las plantas dan frutos.
Pero
en caso afirmativo, éstos también maduran, y caen al suelo al suelo a
los pies del árbol.
Y
las semillas que hay en su interior se adentran en la tierra para empezar a
echar sus propias raíces y dar nacimiento a un árbol nuevo, que crecerá
protegido por la sombra del primero.
Nuestro
artista marcial se convertirá ahora en jardinero para guiar a sus
alumnos, y ayudarles a crecer rectos y hacia arriba.
Y propiciará
que también ellos echen sus propias ramas, hojas y flores, como hizo él,
sobre unas buenas raíces y un tronco fuerte y sano.
Y,
con suerte, darán también sus propios frutos.
Juan Antonio García Ruiz
https://blogkidokansevilla.wordpress.com/2016/10/20/el-arbol-de-las-artes-marciales/ |
domingo, 23 de octubre de 2016
El árbol de las artes marciales
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