Durante una guerra civil en el Japón, la
armada rebelde invadió una ciudad legitimista.
Todos los habitantes de la ciudad huyeron,
como así también los monjes del Templo Zen de ésta ciudad. Todos, salvo el
Maestro.
El general rebelde fue al templo y le
desagrado el frío recibimiento que recibió del Maestro y la poca consideración
que éste le manifestó.
Muy disgustado el general increpó al monje:
-¿Sabe usted que tiene delante suyo a un
hombre capaz de partirlo a la mitad sin siquiera pestañear?
-Y usted, contestó el Maestro
-¿Sabe que tiene delante a un hombre capaz de
dejarse partir a la mitad sin siquiera pestañear?
El general se quedó un momento en silencio,
se inclinó y emprendió la retirada.
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