Por ejemplo, el materialismo se opone al espiritualismo.
A los europeos les gustan mucho los «ismos».
Budismo, cristianismo... Estos «ismos» son relativos.
El espíritu y el cuerpo son una sola y misma cosa, como las dos caras de una hoja de papel.
En la vida cotidiana no se pueden separar.
Algunas personas prefieren lo espiritual, otras lo material.
Si se quiere comprender hay que encontrar la vía del medio.
Lo espiritual es material y lo material se vuelve espiritual.
El espíritu existe en cada una de nuestras células y, finalmente, el espíritu es el cuerpo, el cuerpo es el espíritu.
Está también la actividad, la energía, que no son dualistas.
La vía del medio lo integra todo.
La dimensión más alta es mushotoku.
El Zen es la vía del medio.
Pero no hay que equivocarse sobre "el medio".
No podemos elegir entre material y espiritual.
Debemos abarcar los dos.
Ambos son como el anverso y el reverso de una misma hoja. Ésta es la razón por la que el Zen es tan difícil de comprender.
La vía del medio es una vía que está más allá.
Los razonamientos europeos se presentan siempre así: tesis, antítesis, síntesis.
Lo material es la tesis, lo espiritual la antítesis.
El Zen, la vía del medio, es la síntesis.
Taisen Deshimaru
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