La capacidad de relajación sigue las reglas de
todas las demás cualidades psicofísicas: siempre se puede mejorar, día tras
día, año tras año; así como para la flexibilidad o la coordinación motora.
Sin embargo, hay que destacar que la relajación,
aunque es la base para utilizar el cuerpo de una manera... "no
convencional" (hablando de un "modo elástico o... hidráulico"),
como ocurre en las artes marciales internas, solo no es suficiente.
Por lo tanto, debe subrayarse la diferencia entre
la relajación simple (el común "relax") y la "relajación"
más compleja (que los ingleses llaman "release" y los chinos
"song").
Por lo tanto, no es suficiente aprender a aliviar
la tensión, hay que entender cómo liberarla... dejándola ir.
Para un uso marcial del cuerpo, profundo e
“interno” también debemos aprender a “extender” cada una de nuestras fibras.
La práctica de disciplinas como Taiji requiere que
todo el cuerpo esté "suelto" y "extendido".
Sin embargo, es difícil que esto suceda si la
mente no aprende a a "liberarse" y "extenderse" también.
La expansión de la mente se produce cultivando la
autoconciencia y la intención, entendida como enfoque voluntario, imaginación
creativa, visualización precisa de los caminos de la energía.
Los Clásicos de Taiji afirman que la calidad y la
eficacia de esta disciplina no dependen en absoluto de una cuestión de fuerza,
sino de Intención; porque: «cuando la mente profunda guía el movimiento, por
donde va la Intención, allí llega la energía».
Por lo tanto, nunca se debe usar la fuerza
muscular; ciertamente puede tener un efecto mecánico significativo, pero
implica una modalidad "convencional" o "externa" del
cuerpo.
La alternativa a este mecanismo habitual
proporciona más espacio para la sensibilidad corporal, la flexibilidad de los
tejidos, la fluidez de movimiento.
Abandonando toda idea de “contraste”, el cuerpo se
vacía de toda tensión, se vuelve como un tubo vacío, libre de rincones y
cuellos de botella.
A través de este "conducto", la fuerza
externa, como si fuera líquida, puede ser "vertida" al suelo.
Entonces, inmediatamente, siguiendo la expansión
de la mente y la intención, puede volver a surgir, como una "fuerza
interna", y salir disparada como un poderoso chorro de agua o... vapor.
Fuente: Fajin - Taijiquan & Cultura orientale