Cuando practicamos el enfoque y la concentración de la mente en un punto, los incesantes pensamientos aleatorios se ralentizan y asientan de forma natural, aportando una mayor claridad mental, de manera similar a como después de una fuerte lluvia, un turbulento estanque se calma, permitiendo que la suciedad que circula se hunda hasta el fondo.
Practica aquietar la mente, cuando muevas el cuerpo.
Fuente: Keni Lee Burgess
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