Lleno de vacío Cuando Tai Chi Chuan se practica como una suave secuencia coreográfica, pero sin Intención, también puede ser "hermoso" pero la energía interna (Qi) difícilmente se puede mover. Esta energía que fluye a través del cuerpo sólo puede ser guiada por la mente profunda. Cuando Tai Chi Chuan es sólo una forma sin intención, es improbable que esta energía, suponiendo que se mueva lo más mínimo, pueda transformarse en una verdadera "fuerza interna" (Jin). El movimiento será entonces simplemente… “vacío”. Sólo cuando la Intención guía el movimiento, el cuerpo encuentra la "sustancia" adecuada. Esta sustancia proviene del perfecto equilibrio de Yin y Yang. Una vez que se logra esta armonía, la mente, el cuerpo y la energía se vuelven uno. Cada gesto parecerá ligero, pero los demás lo sentirán como una roca, completamente insostenible. Será fluido como el agua de un arroyo pero se manifestará tan poderoso e imparable como la marea. Cuando el "vacío" llene toda la estructura, llenándola desde la planta de los pies hasta la punta de los dedos, el ‘cuerpo Taichi’ manifestará su esencia: fluido como el agua, pesado como la montaña.
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