La
pérdida de valores transformada en deslealtad o avaricia solo
deshonran y dejan en evidencia
para siempre.
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Cuenta la historia que el gato le enseño a pelear al tigre
cuando este aún era pequeño.
Le mostro las artes milenarias y
olvidadas de los felinos, el tigre manifestó la excelsa
gallardía del más imponente de todos los de su especie.
Cientos de lunas pasaron.
Y el Tigre
se hizo grande y fuerte.
Entonces llegaron los malos
tiempos, en los que la razón es empañada por la turbiedad del alma, y sucedió
que el tigre se enfrentó a su maestro
el gato.
Desigual batalla, inminente
desenlace.
Entonces, cuando todos los
preceptos que el mentor había depositado en el prominente pupilo decididamente
se habían venido en su contra, utilizó su secreto mejor
guardado, esa parte del conocimiento que nunca le explicó a su alumno, ese
camino misterioso que cada maestro hace de su luminosa
senda, y en un bosquejo de excepcional determinación de su sin igual grandeza;
el gato trepo al árbol, dejando en el suelo al tigre, quien nunca más pudo alcanzarle, el maestro
vivió en su nuevo sitio, las alturas y
el mal alumno, en los suelos...
Moraleja
Nunca enseñes todo lo que sabes ni muestres
todo lo que eres
porque a veces ese silencio puede hacer la diferencia entre
Grandeza e Ineptitud.
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