Las personas avanzadas están en
paz y no tienen deseos; están en calma y no tienen preocupaciones.
Hacen del cielo su baldaquín y de
la tierra su carruaje; de las cuatro estaciones hacen sus caballos y convierten
a la oscuridad y a la luz en sus conductores.
Viajan por donde no hay camino,
vagan por donde no hay abatimiento, parten sin atravesar ninguna puerta.
Con el cielo como baldaquín, nada queda sin cubrir; con la tierra como carruaje, nada queda sin llevar.
Con el cielo como baldaquín, nada queda sin cubrir; con la tierra como carruaje, nada queda sin llevar.
Con las
cuatro estaciones como caballos, nada queda sin emplear; con la oscuridad y la
luz como conductores, nada queda sin ser incluido.
Por ello,
son rápidos sin vacilaciones, viajan sin cansarse.
No perturbados
sus cuerpos, sus intelectos no quedan disminuidos, y ven al mundo entero con
claridad.
Esto es
mantenerse en la esencia del Camino y observar la tierra sin ataduras.
Por ello, los asuntos del mundo no son planeados, sino promovidos según su propia naturaleza.
Por ello, los asuntos del mundo no son planeados, sino promovidos según su propia naturaleza.
No puede
hacerse nada para facilitar los cambios de las miríadas de seres, excepto
captar lo esencial y regresar a ello.
En
consecuencia, los sabios cultivan los cimientos internos y no se adornan
externamente con cosas superficiales.
Activan
su espíritu vital y dejan en reposo sus opiniones aprendidas.
Por ello,
son abiertos y sin argucias, aunque no hay nada que no hagan; no tienen leyes,
pero no hay desorden.
No tener argucias significa no actuar antes que los demás.
No tener argucias significa no actuar antes que los demás.
No tener
leyes significa no cambiar la naturaleza.
Que no
hay desgobierno significa que avanzan mediante la afirmación recíproca de los
seres.
Wen Tzu
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