Estaba Shi-Fu
Tang Lung dando una conferencia sobre la esencia del Taoísmo cuando, de
repente, un hombre le interrumpió haciéndole extrañas preguntas.
Mientras el forastero hablaba, vimos que Shi-Fu Tang Lung iba escribiendo en
un papel lo que supusimos serían las respuestas, no obstante, a cada
pregunta que le era formulada, mi maestro contestaba invariablemente “no lo
sé”
Al cabo de un rato, el extranjero, viendo que no conseguía nada, salió de la
sala seguido de muchas personas.
Nosotros, que no sabíamos bien lo que estaba sucediendo, no supimos
reaccionar.
Al cabo de unos segundos, Shi Fu Tang Lung tiró la hoja a la papelera y
continuó con su oratoria.
Cuando terminó, uno de nosotros recuperó el papel arrugado,
descubriendo en él las respuestas a las preguntas que le habían sido
formuladas por el extranjero.
Cuando le preguntamos a Shi-Fu Tang Lung por qué había actuado de esa forma y
por qué no había contestado a aquel hombre, mi maestro nos explicó:
- El Taoísmo nos muestra los venenos del ego humano y cómo deshacernos de él
para fundirnos con la Inmensidad.
La mayoría de personas que quieren aprender este camino, preguntan lo que no
saben.
Ese hombre, sin embargo, buscaba tener un duelo de egos.
Yo, sin embargo, intento deshacerme él y de sus mensajeros, sea como sea que
vengan disfrazados
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