lunes, 29 de febrero de 2016

Vivir como las flores




















Un joven le preguntó al sabio:
-¿Qué debo hacer para no enojarme? Algunas personas hablan demasiado, otras son ignorantes, me fastidian las que son mentirosas, sufro por las que juzgan y calumnian. Detesto el incumplimiento.
-¡Pues vive como las flores!, contestó el maestro.
-Y ¿cómo es vivir como las flores? preguntó el discípulo.
-Pon atención a esas flores, continuó el sabio anciano, señalando unos lirios que crecían en el jardín. Ellas nacen en el estiércol, sin embargo son puras y perfumadas. Extraen del abono maloliente todo aquello que les útil y saludable, pero no permiten que lo agrio de la tierra manche la frescura de sus pétalos.
Es justo angustiarse con las propias culpas, pero no es sabio permitir que los vicios de los demás te incomoden. Los defectos de ellos son de ellos y no tuyos, no hay motivo para molestarse.
Ejercita pues, la virtud de rechazar todo el mal que viene desde afuera y perfuma la vida de los demás haciendo el bien.
-Esto es vivir como las flores.




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