viernes, 19 de febrero de 2016

Diferenciando entre la cadera y la cintura (Kua / Yao).


Quizás no haya un tropiezo mayor en el dominio del Taijiquan, que la confusión que se nos presenta cuando emprendemos un estudio consciente de la cadera y de la cintura. En la educación física occidental, no hay prácticamente nada que nos prepare para el estudio de esta región del cuerpo. Esto podría deberse en parte, a la naturaleza competitiva de los deportes, basados en la educación física de occidente, la cual valora el éxito por encima de la investigación, y quizás también por una larga historia de tabúes, favorecidos por valores puritanos, que juzgaban tales consideraciones indecentes. Para colmo de dificultades, el estudio de la cadera y de la cintura, está inherentemente obstaculizado por nuestra naturaleza “homunculus”, la relación casi inversamente proporcional entre el volumen de tejidos en el cuerpo y la cantidad de nervios que inervan una región. Por ejemplo, las pequeñas zonas de los ojos y labios son tremendamente más sensibles que, en comparación, el enorme músculo del muslo. De igual forma, hemos sido creados, con sólo una leve innata conciencia de las zonas de la cadera y cintura. La ignorancia e incluso el miedo a experimentar esta zona, está probablemente relacionada con la dificultad natural de sentir esta región. En psicología, sueño y mito, la cadera y cintura son a menudo identificadas como el almacén de contenido emocional inconsciente reprimido, el cual puede dirigir nuestras vidas conscientes.
Otro problema para los entusiastas específicos de Taijiquan, es que la primera y segunda generación de los clásicos de Taijiquan, cuando hacen referencia a la cadera y cintura, describen ”piernas y cintura”, pero nunca mencionan de forma específica a la cadera, distrayendo a generaciones de estudiantes de un obvio e importante estudio. Es probable que esto se deba en parte, a un tradicional conservadurismo, similar a occidente, a cerca del uso de descripciones vulgares. Estos escritos poseen un extraordinario tono ceremonioso que ralla en lo refinado. Estos documentos también hablan en un lenguaje poéticamente didáctico, que se presta más a la comunicación de principios que a datos específicos. En ellos encontramos descripciones de los pies, las piernas y cintura, pero no es hasta las generaciones post- clásicas, unos ochenta a cien años más tarde, cuando nos empezamos a encontrar instrucciones a cerca del kua, los glúteos, la rabadilla y la ingle.
La cadera y la cintura son partes completamente diferentes del cuerpo. Aunque esto pueda parecer demasiado obvio de mencionar, en el entrenamiento de muchos practicantes de Tai Chi, aparecería una falta de entendimiento de esta diferenciación. Como consecuencia, estos practicantes no pueden llevar a su máximo potencial la relación intrínseca y dinámica entre la cadera y cintura, con propósitos de movilidad, fuerza ó salud.

Definición, Estructura, Comportamiento y Funcionamiento de la Cadera

No es necesario conseguir demasiada técnica a nivel anatómico para nuestros propósitos. Para la comprensión de estos elementos del cuerpo, se requiere, no un conocimiento médico, sino experiencial. Uno puede remitirse a cualquier texto anatómico para temas concretos. Aunque es desde luego útil el ver las diferencias, es más importante sentir el diseño natural y la estructura de la cadera y cintura, un hecho claramente basado en lo que sentimos. A un nivel básico la cadera puede ser distinguida de la cintura por su estructura y localización. A un nivel más profundo y relevante, ambas pueden ser estudiadas en base a sus diferentes funciones.

La cadera

La cadera es una articulación representada por la conexión entre la cabeza del fémur y la región pélvica en su acetábulo (la cuenca de la cadera). A diferencia de la rodilla y del tobillo, la cadera el una articulación formada por una bola y una cuenca, lo que la hace excelente para la ejecución de gran variedad de rotaciones complejas. La articulación de la cadera permite a la pierna moverse relativa al cuerpo, como por ejemplo al dar patadas ó en las acciones de levantar la pierna mientras la otra está en el suelo, ó al cuerpo moverse relativo a la pierna, como cuando el torso se dobla hacia el muslo durante el cambio de peso en Tai Chi, teniendo los dos pies en el suelo.
En Chino la palabra más común para la cadera es tunbu (literalmente “sección de nalgas) pero, al igual que en español, esto implica generalmente, a la superficie exterior de la cadera más que al trabajo de la estructura interna. En Taijiquan y en las artes marciales chinas, en general se estudia el término kua (pronunciado como suena), y es usado para describir la región concerniente. Un homónimo de “kua” implica la noción de algo que pasivamente se “colapsa”, está “colgado”, ó se “pone a horcajadas”. Mientras que “kua” puede ser traducido al español directamente como “cadera”, se refiere más al “pliegue de la cadera”(pliegue inguinal), el pliegue natural que se estira hacia arriba diagonalmente, y hacia fuera desde el huiyin (perineo), hasta la confluencia entre la parte superior del hueso de la cadera y la base de la parte exterior de la pelvis. Este recorre el mismo camino que el ligamento inguinal. Obviamente hay un kua por cada pierna, pero nos puede ser de ayuda el mencionar que ambos kua derivan de un mismo lugar, el huiyin. Dándonos cuenta de esto, es mucho más fácil ser consciente del movimiento natural del pliegue de la cadera mientras se abre y se cierra. La tendencia de los practicantes, una vez conscientes de esta zona, es la de centrarse excesivamente en la parte superior del segmento del kua. Esto hace que la energía tienda a subir a la cadera. Se puede conseguir de forma instantánea, un grado mucho mayor de enraizamiento, simplemente asentando el kua en su base cerca del perineo. Cuando describen la región de la cadera en los textos posteriores chinos, vemos es término kua ó kua gen, la cuenca de la cadera (literalmente base de la cadera ó raíz) usado casi universalmente por los primeros autores del siglo XX. Expresiones comunes pueden ser. “aflojar la cintura y el kua”, “hundir el qi y asentar el kua”.
Aunque no hay una palabra específica para kua en español, encuentro que “pliegue de la cadera” es una descripción satisfactoria a la hora de instruir a los estudiantes. Es fácilmente demostrable a través de los dobleces de las telas de los pantalones ó de las faldas lisas, y es un término fácil para que los estudiantes lo recuerden. “Asentar el pliegue de la cadera” ó “relajar profundamente en el pliegue de la cadera” normalmente hace que funcione. La mayoría de los estudiantes de Tai Chi al final se llega a acostumbrar al término kua, y normalmente es usado por los instructores no chinoparlantes en muchos idiomas.


Cómo se mueve la cadera. ¡¡Importante!!

Aquí hay otra posible razón por la que las piernas son mencionadas por los clásicos en vez de las caderas. Las caderas tienen que moverse siempre como consecuencia natural de las acciones iniciadas en las piernas. Puesto que las primeras no tienen un mecanismo por el cual se acercan y se van por sí mísmas, es un error el pensar que nos “movemos desde” las caderas. Al igual que un árbol se balancea por el viento, las caderas son motivadas a moverse. La ignorancia de este crítico concepto, ha dejado a algunos practicantes durante décadas con dificultades, tratando de encontrar la raíz, la fluidez y la verdadera habilidad de adherencia. Las caderas deben permitir el movimiento. Deben consentir la presión, dejando que la fuerza, el movimiento y la energía se transfieran arriba, abajo, hacia delante, hacia detrás y de un lado a otro. Aunque la presión puede venir de la pierna contraria a la que conduce la fuerza ó del empuje del compañero, las mismas caderas deben permanecer receptivas, pasivas y despejadas. No tratamos de mover las caderas en relación a la fuerza, sino como el eje de una rueda, permitiéndolas rotar de forma automática. Por regla general es la rotación pasiva en una cadera la que provoca la rotación pasiva de la otra. Esto es a menudo descrito como “doblar” la cadera ó kua.

Tensar

Hay una tendencia inconsciente a tensar la zona de la cadera y de la cintura cuando mantenemos el equilibrio, o cuando movemos el cuerpo pasando de una postura a otra. Normalmente, cuando el cuerpo intenta cambiar, la tensión se localiza en la parte superior del muslo, en las nalgas, ingle, psoas, zona inferior del abdomen y zona inferior de la espalda, según las distintas exigencias de la práctica. Estas zonas del cuerpo están altamente sensibilizadas unas con otras y cuando una zona se tensa, las otras también tienden a tensarse como con una empatía solidaria. Esta tensión, incluso siendo sutil, impide la suelta y clara rotación de la cadera y la cintura, como cuando las articulaciones se encuentran restringidas debido a una condición limitante. Esto tiende también a conducir la energía hacia arriba, provocando que la parte superior del cuerpo se tense, la respiración llegue a ser poco profunda y el movimiento se haga superficial. Esto es sumamente contraproducente para la libertad de movimiento, la liberación de fuerza y el movimiento de energía. Por la tanto, todos los grupos musculares responden asociados a la región de la cadera y la cintura, por lo que se requiere un examen paciente, y un vigilante seguimiento durante el entrenamiento.

¿Por qué tensamos?

Para mantener el equilibrio. Para mantener el equilibrio ideal es esencial que el Centro de Gravedad del cuerpo se sitúe cerca del centro de su Base de Apoyo. Cuando el CG es desplazado, ya sea por el cambio de peso durante la práctica de formas ó por los empujones del empuje de manos y entrenamiento en parejas, los músculos tienden a tensarse en el intento de facilitar la estabilidad. Tenemos que aprender a estar en calma bajo presión y confiar en que el diseño natural del cuerpo relajado, nos servirá para mantener la estabilidad, mejor que nuestra primera reacción instintiva hacia la tensión.
Miedo y pánico. Otra razón por la que podemos tensarnos en la zona de la cadera y cintura, es debido al instinto de protección que aparece automáticamente cuando tenemos miedo de que algo nos haga daño. Tenemos miedo a perder el equilibrio, la calma, a ser golpeados, empujados ó dañados, y tenemos miedo de perder frente a un adversario. Es por esta razón por lo que debemos aprender a “invertir en pérdidas”, así que mientras nuestro instinto sea el de estremecernos y tensarnos en respuesta a la presión continua, estaremos frustrados en nuestro avance en el Tai Chi.
Hábitos y condicionantes. En tercer lugar, nos tensamos debido a los hábitos y condicionantes. Una persona, protegiendo de forma inconsciente una antigua lesión, puede mantener una tensión crónica en una cadera. Otra, puede experimentar una corrosiva ansiedad en las entrañas, debido a un trauma emocional oculto, mientras que otras pueden retener de forma continua las nalgas debido a la pesada responsabilidad del trabajo y del hogar. Aunque las fuentes y las causas de la tensión en esta zona son interminables, la solución es siempre la misma, relajarse. En Chino, la palabra song, que significa relajarse, implica el aflojarse, como cuando el pelo cae una vez que quitamos el broche.
Para superar la tendencia instintiva de tensarnos, debemos comenzar un viaje interior de auto evaluación y auto descubrimiento, para identificar qué tenemos y donde estamos “pillados”. En Tai Chi esto significa el utilizar el movimiento, profundizando de forma experiencial la zona de la cadera y de la cintura en el centro del cuerpo, para aprender más a cerca de su naturaleza, relaciones y tendencias. Finalmente, aquí encontramos mucho que aprender a cerca de nosotros mismos.

Cual es el movimiento correcto de la cadera

Preferentemente, es a través de una cadera bien posicionada, por la que el peso de la parte superior del cuerpo pasa hacia abajo, trasladándose directamente a los muslos. Esto crea las condiciones necesarias para una verdadera alineación entre ambas piernas y el torso. Sin un correcto emplazamiento natural de la cadera, el cuerpo distribuye su peso, en vez de a los muslos, a través de otros músculos, creando zonas de tensión lateral innecesarias. Esto provoca un cierto tipo de sutil, pero constante ansiedad física que tiene como resultado una conflictiva rigidez y una incapacidad para moverse libre e intencionadamente. Esto también representa un indebido estrés sobre las rodillas, fomentando una restricción de movimiento, y a veces causando dolor e incluso lesión. El papel de conducir el peso a los muslos, dejando el resto del cuerpo libre para la acción, es una de las funciones más importantes de la cadera.
Con igual importancia, la cadera sirve para transportar intacta la posición de la parte superior del cuerpo mientras cambiamos el peso de una pierna a otra. Esto se produce por una rotación pasiva mientras recibe la fuerza de la pierna que conduce. La parte superior del cuerpo es transportada fácilmente, mientras la base cambia firmemente de un lado a otro. Sin esta suave traslación de fuerzas, se adueña de las piernas una energía desordenada y poco clara, por lo que se requiere una constante ayuda, a través de una compensación no deseada, por parte de los brazos y torso. Esto se traduce en una suave inclinación involuntaria hacia delante y hacia atrás, y de una tendencia hacia cambios incontrolados a nivel de altura postural y velocidad de movimiento. Así, la habilidad de las caderas para transportar la posición de la parte superior del cuerpo, implica una mayor ayuda para la independencia del torso, que necesita libertad de respuesta, y para la habilidad de dirigir varios tipos de energía.
De forma relacionada, las caderas cuando están sueltas y en su camino natural, proporcionan el medio a través del cual la energía proveniente de las piernas, puede ser mediada hacia arriba al torso, para ser dirigida por la cintura. Las caderas, pueden permitir a la energía de las piernas, pasar sin ningún tropiezo. Si las caderas están tensas, la energía será limitada e impedida para continuar de forma progresiva hacia delante y hacia arriba. Esto es parte de lo que quiere decir con:
“La raíz está en los pies, se distribuye por las piernas, es dirigida por la cintura y expresada a través de los dedos”.
Sin un claro entendimiento del Kua/pliegue de la cadera, este consejo extraído de los Clásicos de Taijiquan (generalmente atribuido a Zhang Sanfeng), es casi irrelevante como herramienta para la adquisición de control y fuerza en el entrenamiento de Taijiquan.
Como podemos ver, la cadera cuida tanto del cambio de peso en las piernas, como de la liberación de energía. Está todo el tiempo recibiendo y guiando el peso de la parte superior del cuerpo a los muslos. Por lo tanto, las caderas son responsables de la estabilidad, movilidad y energía, de forma simultánea. El estudio de la cadera es una de las partes más críticas del entrenamiento del practicante de Tai Chi.

La trayectoria de la cadera

La trayectoria de la cadera es el camino natural que recorren las caderas relajadas cuando el peso es cambiado de una pierna a otra en la práctica de Tai Chi. Para entender claramente la trayectoria de la cadera, la acción de cambiar debería ser acompañada por un sencillo impulso ó por el empuje de una pierna hacia el suelo, provocando el movimiento del cuerpo, de la pierna con energía a la pierna pasiva que recibe. Si las caderas están relajadas durante este proceso, la trayectoria de la cadera nos asegura el enraizamiento, ya que asegura la alineación entre los muslos y la base de los pies, y previene sin esfuerzo la torsión y el giro de rodillas y tobillos que muchos practicantes de Tai Chi confunden erróneamente con el movimiento de la cadera o de la cintura. Este tipo de enraizamiento creado por esta trayectoria, no es estático, pesado ó rígido, sino móvil, vigoroso y sólido. El movimiento a través de ella, transporta a la cintura y a la parte superior del cuerpo de forma pasiva, dejándoles libres para emprender otras acciones, con la seguridad de una base sólida. El rango de movimiento es bastante moderado y sólo es correcto cuando las articulaciones están poseídas por una relajación real.

Saltar & Mantener , Aumentar & Asistir

Cuando tensamos los músculos alrededor de una ó ambas caderas durante el cambio de peso, la trayectoria de la cadera se ve entorpecida en su curso natural, y las caderas no saltan la zona de resistencia ni se mantienen así mismas en una forma fija, evitando así una rotación adecuada en la articulación de la cadera de la pierna que lleva el peso. Estos errores provocan una falta de fluidez, raíz y estabilidad. Hacen que la parte superior del cuerpo lo compense, manteniendo tensiones que restringen la libertad de movimiento. El tensar, como hemos visto, es en gran parte instintivo y no intencionado. Es por lo tanto, muy difícil de identificar y de corregir, y requiere un alto grado de atención. Es importante que el practicante de Tai Chi se comprometa a esta vigilancia, al igual que al trayecto adecuado de la cadera, que es la base y fundamento de todos los demás movimientos de Taijiquan, y debe llegar a ser un hábito para alcanzar el progreso máximo en otras áreas del arte.
Aunque el movimiento del trayecto de la cadera es muy sencillo, no es fácil dominar a la mente de forma debida, ya que esta habitualmente trata de dirigir los acontecimientos. Existe una tendencia en la mayoría de los practicantes de Tai Chi a aumentar el movimiento, “ayudando” a la cadera a encontrar su lugar correcto. Esto es por supuesto un planteamiento erróneo, al igual que cualquier otra actividad en la cadera que la saque fuera de su trayectoria, la cual sólo se encuentra mediante el asentamiento.
Como la cabeza del fémur y la cuenca de la cadera están restringidas de forma natural en su movimiento por limitaciones estructurales, así el rango del trayecto está también limitado en las posiciones fijas. Para compensarlo, los practicantes de Tai Chi, tienden a ayudar a la acción de la trayectoria, para que adquiera un rango mayor. Aunque esto pueda servir en un momento de urgencia, es un mal hábito, ya que le concierne más al fundamento básico del movimiento, y llevará a una forma de estilos y de empuje de manos dramática y aturullada.

Conclusión

Entendiendo que el Tai Chi es de alguna forma un viaje desde el exterior al interior, de la floritura de la forma a la raíz de la estructura innata. En algún punto, en el progreso de todos los practicantes serios de Tai Chi, es crítico el dominar la relación entre cadera y cintura. Es como aprender las letras para escribir, el ritmo en música, los colores primarios en pintura. El dominio de la cadera “despejada” es difícil, pero es un fundamento que vale la pena, y que servirá para todo el estudio de Taijiquan, Qigong y artes marciales.

Autor, Sam Masich
Traducción, Susana Martin Arechavala


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