Quizás no haya un tropiezo mayor en el dominio del
Taijiquan, que la confusión que se nos presenta cuando emprendemos un estudio
consciente de la cadera y de la cintura. En la educación física occidental, no
hay prácticamente nada que nos prepare para el estudio de esta región del
cuerpo. Esto podría deberse en parte, a la naturaleza competitiva de los
deportes, basados en la educación física de occidente, la cual valora el éxito
por encima de la investigación, y quizás también por una larga historia de
tabúes, favorecidos por valores puritanos, que juzgaban tales consideraciones
indecentes. Para colmo de dificultades, el estudio de la cadera y de la
cintura, está inherentemente obstaculizado por nuestra naturaleza “homunculus”,
la relación casi inversamente proporcional entre el volumen de tejidos en el
cuerpo y la cantidad de nervios que inervan una región. Por ejemplo, las
pequeñas zonas de los ojos y labios son tremendamente más sensibles que, en
comparación, el enorme músculo del muslo. De igual forma, hemos sido creados,
con sólo una leve innata conciencia de las zonas de la cadera y cintura. La
ignorancia e incluso el miedo a experimentar esta zona, está probablemente
relacionada con la dificultad natural de sentir esta región. En psicología,
sueño y mito, la cadera y cintura son a menudo identificadas como el almacén de
contenido emocional inconsciente reprimido, el cual puede dirigir nuestras
vidas conscientes.
Otro problema para los entusiastas específicos de
Taijiquan, es que la primera y segunda generación de los clásicos de Taijiquan,
cuando hacen referencia a la cadera y cintura, describen ”piernas y cintura”,
pero nunca mencionan de forma específica a la cadera, distrayendo a
generaciones de estudiantes de un obvio e importante estudio. Es probable que
esto se deba en parte, a un tradicional conservadurismo, similar a occidente, a
cerca del uso de descripciones vulgares. Estos escritos poseen un
extraordinario tono ceremonioso que ralla en lo refinado. Estos documentos
también hablan en un lenguaje poéticamente didáctico, que se presta más a la
comunicación de principios que a datos específicos. En ellos encontramos
descripciones de los pies, las piernas y cintura, pero no es hasta las
generaciones post- clásicas, unos ochenta a cien años más tarde, cuando nos
empezamos a encontrar instrucciones a cerca del kua, los glúteos, la rabadilla
y la ingle.
La cadera y la cintura son partes completamente
diferentes del cuerpo. Aunque esto pueda parecer demasiado obvio de mencionar,
en el entrenamiento de muchos practicantes de Tai Chi, aparecería una falta de
entendimiento de esta diferenciación. Como consecuencia, estos practicantes no
pueden llevar a su máximo potencial la relación intrínseca y dinámica entre la
cadera y cintura, con propósitos de movilidad, fuerza ó salud.
Definición,
Estructura, Comportamiento y Funcionamiento de la Cadera
No es necesario conseguir demasiada técnica a nivel
anatómico para nuestros propósitos. Para la comprensión de estos elementos del
cuerpo, se requiere, no un conocimiento médico, sino experiencial. Uno puede
remitirse a cualquier texto anatómico para temas concretos. Aunque es desde
luego útil el ver las diferencias, es más importante sentir el diseño natural y
la estructura de la cadera y cintura, un hecho claramente basado en lo que
sentimos. A un nivel básico la cadera puede ser distinguida de la cintura por
su estructura y localización. A un nivel más profundo y relevante, ambas pueden
ser estudiadas en base a sus diferentes funciones.
La cadera
La cadera es una articulación representada por la
conexión entre la cabeza del fémur y la región pélvica en su acetábulo (la
cuenca de la cadera). A diferencia de la rodilla y del tobillo, la cadera el
una articulación formada por una bola y una cuenca, lo que la hace excelente
para la ejecución de gran variedad de rotaciones complejas. La articulación de
la cadera permite a la pierna moverse relativa al cuerpo, como por ejemplo al
dar patadas ó en las acciones de levantar la pierna mientras la otra está en el
suelo, ó al cuerpo moverse relativo a la pierna, como cuando el torso se dobla
hacia el muslo durante el cambio de peso en Tai Chi, teniendo los dos pies en
el suelo.
En Chino la palabra más común para la cadera es
tunbu (literalmente “sección de nalgas) pero, al igual que en español, esto
implica generalmente, a la superficie exterior de la cadera más que al trabajo
de la estructura interna. En Taijiquan y en las artes marciales chinas, en
general se estudia el término kua (pronunciado como suena), y es usado para
describir la región concerniente. Un homónimo de “kua” implica la noción de
algo que pasivamente se “colapsa”, está “colgado”, ó se “pone a horcajadas”.
Mientras que “kua” puede ser traducido al español directamente como “cadera”,
se refiere más al “pliegue de la cadera”(pliegue inguinal), el pliegue natural
que se estira hacia arriba diagonalmente, y hacia fuera desde el huiyin
(perineo), hasta la confluencia entre la parte superior del hueso de la cadera
y la base de la parte exterior de la pelvis. Este recorre el mismo camino que
el ligamento inguinal. Obviamente hay un kua por cada pierna, pero nos puede
ser de ayuda el mencionar que ambos kua derivan de un mismo lugar, el huiyin.
Dándonos cuenta de esto, es mucho más fácil ser consciente del movimiento
natural del pliegue de la cadera mientras se abre y se cierra. La tendencia de
los practicantes, una vez conscientes de esta zona, es la de centrarse
excesivamente en la parte superior del segmento del kua. Esto hace que la
energía tienda a subir a la cadera. Se puede conseguir de forma instantánea, un
grado mucho mayor de enraizamiento, simplemente asentando el kua en su base
cerca del perineo. Cuando describen la región de la cadera en los textos
posteriores chinos, vemos es término kua ó kua gen, la cuenca de la cadera
(literalmente base de la cadera ó raíz) usado casi universalmente por los
primeros autores del siglo XX. Expresiones comunes pueden ser. “aflojar la
cintura y el kua”, “hundir el qi y asentar el kua”.
Aunque no hay una palabra específica para kua en
español, encuentro que “pliegue de la cadera” es una descripción satisfactoria
a la hora de instruir a los estudiantes. Es fácilmente demostrable a través de
los dobleces de las telas de los pantalones ó de las faldas lisas, y es un
término fácil para que los estudiantes lo recuerden. “Asentar el pliegue de la
cadera” ó “relajar profundamente en el pliegue de la cadera” normalmente hace
que funcione. La mayoría de los estudiantes de Tai Chi al final se llega a acostumbrar
al término kua, y normalmente es usado por los instructores no chinoparlantes
en muchos idiomas.
Cómo se
mueve la cadera. ¡¡Importante!!
Aquí hay otra posible razón por la que las piernas
son mencionadas por los clásicos en vez de las caderas. Las caderas tienen que
moverse siempre como consecuencia natural de las acciones iniciadas en las
piernas. Puesto que las primeras no tienen un mecanismo por el cual se acercan
y se van por sí mísmas, es un error el pensar que nos “movemos desde” las
caderas. Al igual que un árbol se balancea por el viento, las caderas son
motivadas a moverse. La ignorancia de este crítico concepto, ha dejado a
algunos practicantes durante décadas con dificultades, tratando de encontrar la
raíz, la fluidez y la verdadera habilidad de adherencia. Las caderas deben
permitir el movimiento. Deben consentir la presión, dejando que la fuerza, el
movimiento y la energía se transfieran arriba, abajo, hacia delante, hacia
detrás y de un lado a otro. Aunque la presión puede venir de la pierna
contraria a la que conduce la fuerza ó del empuje del compañero, las mismas
caderas deben permanecer receptivas, pasivas y despejadas. No tratamos de mover
las caderas en relación a la fuerza, sino como el eje de una rueda,
permitiéndolas rotar de forma automática. Por regla general es la rotación
pasiva en una cadera la que provoca la rotación pasiva de la otra. Esto es a
menudo descrito como “doblar” la cadera ó kua.
Tensar
Hay una tendencia
inconsciente a tensar la zona de la cadera y de la cintura cuando mantenemos el
equilibrio, o cuando movemos el cuerpo pasando de una postura a otra.
Normalmente, cuando el cuerpo intenta cambiar, la tensión se localiza en la
parte superior del muslo, en las nalgas, ingle, psoas, zona inferior del
abdomen y zona inferior de la espalda, según las distintas exigencias de la
práctica. Estas zonas del cuerpo están altamente sensibilizadas unas con otras
y cuando una zona se tensa, las otras también tienden a tensarse como con una
empatía solidaria. Esta tensión, incluso siendo sutil, impide la suelta y clara
rotación de la cadera y la cintura, como cuando las articulaciones se
encuentran restringidas debido a una condición limitante. Esto tiende también a
conducir la energía hacia arriba, provocando que la parte superior del cuerpo
se tense, la respiración llegue a ser poco profunda y el movimiento se haga
superficial. Esto es sumamente contraproducente para la libertad de movimiento,
la liberación de fuerza y el movimiento de energía. Por la tanto, todos los
grupos musculares responden asociados a la región de la cadera y la cintura,
por lo que se requiere un examen paciente, y un vigilante seguimiento durante
el entrenamiento.
¿Por qué
tensamos?
Para mantener el
equilibrio. Para mantener el equilibrio ideal es esencial que el Centro de
Gravedad del cuerpo se sitúe cerca del centro de su Base de Apoyo. Cuando el CG
es desplazado, ya sea por el cambio de peso durante la práctica de formas ó por
los empujones del empuje de manos y entrenamiento en parejas, los músculos tienden
a tensarse en el intento de facilitar la estabilidad. Tenemos que aprender a
estar en calma bajo presión y confiar en que el diseño natural del cuerpo
relajado, nos servirá para mantener la estabilidad, mejor que nuestra primera
reacción instintiva hacia la tensión.
Miedo y pánico.
Otra razón por la que podemos tensarnos en la zona de la cadera y cintura, es
debido al instinto de protección que aparece automáticamente cuando tenemos
miedo de que algo nos haga daño. Tenemos miedo a perder el equilibrio, la
calma, a ser golpeados, empujados ó dañados, y tenemos miedo de perder frente a
un adversario. Es por esta razón por lo que debemos aprender a “invertir en
pérdidas”, así que mientras nuestro instinto sea el de estremecernos y
tensarnos en respuesta a la presión continua, estaremos frustrados en nuestro
avance en el Tai Chi.
Hábitos y
condicionantes. En tercer lugar, nos tensamos debido a los hábitos y
condicionantes. Una persona, protegiendo de forma inconsciente una antigua
lesión, puede mantener una tensión crónica en una cadera. Otra, puede
experimentar una corrosiva ansiedad en las entrañas, debido a un trauma
emocional oculto, mientras que otras pueden retener de forma continua las
nalgas debido a la pesada responsabilidad del trabajo y del hogar. Aunque las
fuentes y las causas de la tensión en esta zona son interminables, la solución
es siempre la misma, relajarse. En Chino, la palabra song, que significa
relajarse, implica el aflojarse, como cuando el pelo cae una vez que quitamos
el broche.
Para superar la
tendencia instintiva de tensarnos, debemos comenzar un viaje interior de auto
evaluación y auto descubrimiento, para identificar qué tenemos y donde estamos
“pillados”. En Tai Chi esto significa el utilizar el movimiento, profundizando
de forma experiencial la zona de la cadera y de la cintura en el centro del
cuerpo, para aprender más a cerca de su naturaleza, relaciones y tendencias.
Finalmente, aquí encontramos mucho que aprender a cerca de nosotros mismos.
Cual es el
movimiento correcto de la cadera
Preferentemente,
es a través de una cadera bien posicionada, por la que el peso de la parte
superior del cuerpo pasa hacia abajo, trasladándose directamente a los muslos.
Esto crea las condiciones necesarias para una verdadera alineación entre ambas
piernas y el torso. Sin un correcto emplazamiento natural de la cadera, el
cuerpo distribuye su peso, en vez de a los muslos, a través de otros músculos,
creando zonas de tensión lateral innecesarias. Esto provoca un cierto tipo de
sutil, pero constante ansiedad física que tiene como resultado una conflictiva
rigidez y una incapacidad para moverse libre e intencionadamente. Esto también
representa un indebido estrés sobre las rodillas, fomentando una restricción de
movimiento, y a veces causando dolor e incluso lesión. El papel de conducir el
peso a los muslos, dejando el resto del cuerpo libre para la acción, es una de
las funciones más importantes de la cadera.
Con igual
importancia, la cadera sirve para transportar intacta la posición de la parte
superior del cuerpo mientras cambiamos el peso de una pierna a otra. Esto se
produce por una rotación pasiva mientras recibe la fuerza de la pierna que
conduce. La parte superior del cuerpo es transportada fácilmente, mientras la
base cambia firmemente de un lado a otro. Sin esta suave traslación de fuerzas,
se adueña de las piernas una energía desordenada y poco clara, por lo que se
requiere una constante ayuda, a través de una compensación no deseada, por
parte de los brazos y torso. Esto se traduce en una suave inclinación
involuntaria hacia delante y hacia atrás, y de una tendencia hacia cambios
incontrolados a nivel de altura postural y velocidad de movimiento. Así, la
habilidad de las caderas para transportar la posición de la parte superior del
cuerpo, implica una mayor ayuda para la independencia del torso, que necesita
libertad de respuesta, y para la habilidad de dirigir varios tipos de energía.
De forma
relacionada, las caderas cuando están sueltas y en su camino natural,
proporcionan el medio a través del cual la energía proveniente de las piernas,
puede ser mediada hacia arriba al torso, para ser dirigida por la cintura. Las
caderas, pueden permitir a la energía de las piernas, pasar sin ningún
tropiezo. Si las caderas están tensas, la energía será limitada e impedida para
continuar de forma progresiva hacia delante y hacia arriba. Esto es parte de lo
que quiere decir con:
“La raíz está en
los pies, se distribuye por las piernas, es dirigida por la cintura y expresada
a través de los dedos”.
Sin un claro
entendimiento del Kua/pliegue de la cadera, este consejo extraído de los
Clásicos de Taijiquan (generalmente atribuido a Zhang Sanfeng), es casi
irrelevante como herramienta para la adquisición de control y fuerza en el
entrenamiento de Taijiquan.
Como podemos ver,
la cadera cuida tanto del cambio de peso en las piernas, como de la liberación
de energía. Está todo el tiempo recibiendo y guiando el peso de la parte
superior del cuerpo a los muslos. Por lo tanto, las caderas son responsables de
la estabilidad, movilidad y energía, de forma simultánea. El estudio de la
cadera es una de las partes más críticas del entrenamiento del practicante de
Tai Chi.
La trayectoria
de la cadera
La trayectoria de
la cadera es el camino natural que recorren las caderas relajadas cuando el
peso es cambiado de una pierna a otra en la práctica de Tai Chi. Para entender
claramente la trayectoria de la cadera, la acción de cambiar debería ser
acompañada por un sencillo impulso ó por el empuje de una pierna hacia el
suelo, provocando el movimiento del cuerpo, de la pierna con energía a la
pierna pasiva que recibe. Si las caderas están relajadas durante este proceso,
la trayectoria de la cadera nos asegura el enraizamiento, ya que asegura la
alineación entre los muslos y la base de los pies, y previene sin esfuerzo la
torsión y el giro de rodillas y tobillos que muchos practicantes de Tai Chi
confunden erróneamente con el movimiento de la cadera o de la cintura. Este
tipo de enraizamiento creado por esta trayectoria, no es estático, pesado ó
rígido, sino móvil, vigoroso y sólido. El movimiento a través de ella,
transporta a la cintura y a la parte superior del cuerpo de forma pasiva,
dejándoles libres para emprender otras acciones, con la seguridad de una base
sólida. El rango de movimiento es bastante moderado y sólo es correcto cuando
las articulaciones están poseídas por una relajación real.
Saltar &
Mantener , Aumentar & Asistir
Cuando tensamos
los músculos alrededor de una ó ambas caderas durante el cambio de peso, la
trayectoria de la cadera se ve entorpecida en su curso natural, y las caderas
no saltan la zona de resistencia ni se mantienen así mismas en una forma fija,
evitando así una rotación adecuada en la articulación de la cadera de la pierna
que lleva el peso. Estos errores provocan una falta de fluidez, raíz y
estabilidad. Hacen que la parte superior del cuerpo lo compense, manteniendo
tensiones que restringen la libertad de movimiento. El tensar, como hemos
visto, es en gran parte instintivo y no intencionado. Es por lo tanto, muy
difícil de identificar y de corregir, y requiere un alto grado de atención. Es
importante que el practicante de Tai Chi se comprometa a esta vigilancia, al
igual que al trayecto adecuado de la cadera, que es la base y fundamento de
todos los demás movimientos de Taijiquan, y debe llegar a ser un hábito para
alcanzar el progreso máximo en otras áreas del arte.
Aunque el
movimiento del trayecto de la cadera es muy sencillo, no es fácil dominar a la
mente de forma debida, ya que esta habitualmente trata de dirigir los
acontecimientos. Existe una tendencia en la mayoría de los practicantes de Tai
Chi a aumentar el movimiento, “ayudando” a la cadera a encontrar su lugar
correcto. Esto es por supuesto un planteamiento erróneo, al igual que cualquier
otra actividad en la cadera que la saque fuera de su trayectoria, la cual sólo
se encuentra mediante el asentamiento.
Como la cabeza
del fémur y la cuenca de la cadera están restringidas de forma natural en su
movimiento por limitaciones estructurales, así el rango del trayecto está
también limitado en las posiciones fijas. Para compensarlo, los practicantes de
Tai Chi, tienden a ayudar a la acción de la trayectoria, para que adquiera un
rango mayor. Aunque esto pueda servir en un momento de urgencia, es un mal
hábito, ya que le concierne más al fundamento básico del movimiento, y llevará
a una forma de estilos y de empuje de manos dramática y aturullada.
Conclusión
Entendiendo que
el Tai Chi es de alguna forma un viaje desde el exterior al interior, de la
floritura de la forma a la raíz de la estructura innata. En algún punto, en el
progreso de todos los practicantes serios de Tai Chi, es crítico el dominar la
relación entre cadera y cintura. Es como aprender las letras para escribir, el
ritmo en música, los colores primarios en pintura. El dominio de la cadera
“despejada” es difícil, pero es un fundamento que vale la pena, y que servirá
para todo el estudio de Taijiquan, Qigong y artes marciales.
Autor, Sam Masich
Traducción, Susana Martin
Arechavala