Los movimientos de Tai chi tienen
tantas facetas que es prácticamente imposible ejecutarlos a la perfección.
Además, como el cuerpo guarda las
emociones en los músculos, los tendones y los nervios, la ejecución del
movimiento depende del estado emocional de la persona, haciéndolo más estable,
menos fluido, rígido, suave o tenso cada vez, pero siempre imperfecto.
La intención del arte no es la
búsqueda de la perfección.
No buscamos los practicantes
adquirir la capacidad de poder considerar muchas variables a la vez (la
postura, la respiración, el estado de la mente, la tensión en los músculos y
más y más…) para lograr en un 100% el objetivo, sino a través del movimiento
conectarse con lo interno, con lo que está sucediendo por dentro de uno y
sentir.
Lo que uno percibe a través del movimiento es distinto cada vez que lo ejecuta.
Lo que uno percibe a través del movimiento es distinto cada vez que lo ejecuta.
Es imposible intentar percibir
todo a la vez, entonces unas veces percibimos las dificultades en la
respiración, otras veces el maestro nos muestra los errores en la postura y
otras veces nos alegramos por lo bien que estamos practicando.
No importa el orden, ni si es un
éxito o un fracaso, solamente uno se conecta con lo que está sucediendo y de
ello aprende.
La energía circula en el universo
(interno y externo) en constante mutación.
Siempre hay cambio, el momento de
perfección es ínfimo, impermanente.
Además, la perfección esclaviza.
Además, la perfección esclaviza.
Cuando uno logra realizar algo de
manera perfecta, la primera emoción que surge a continuación es el miedo a la
pérdida.
Perder eso que tanto costó
perfeccionar genera sufrimiento, innecesario por cierto, pero presente.
Nos volvemos esclavos de la perfección, realizando lo necesario a costa de mantenerla.
Nos volvemos esclavos de la perfección, realizando lo necesario a costa de mantenerla.
Dejamos de hacer lo que queremos
y perdemos muchas veces el sentido de la vida, la conexión con uno mismo y con
el aquí y ahora por sostener la perfección.
El movimiento en Tai chi es imperfecto, porque es la única manera de que la energía fluya y es esa la intención del arte.
El movimiento en Tai chi es imperfecto, porque es la única manera de que la energía fluya y es esa la intención del arte.
Desconozco el autor
2 comentarios:
MUY REAL!!! E
MUY REAL!!! E
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