miércoles, 11 de marzo de 2015

La parábola de la espada




Antiguamente para confeccionar una esplendida ‘Katana’ (espada), era necesario calentar al rojo el acero, se lo golpeaba con el martillo, y luego se lo colocaba en agua fría.
Se repetía varias veces esta operación, o sea, que se caldeaba el acero hasta el ‘rojo, se lo martillaba y se lo enfriaba enseguida en el agua.
Lo interesante de este procedimiento, es que, éste principio también se aplica a la vida humana.
Probamos el fuego abrazador, los golpes y las zambullidas en el agua fría.
Muchas veces me preguntan:
-¿Porqué ocurren esos grandes contrastes?-
Para ésta pregunta yo doy como respuesta el ejemplo de la fabricación de la espada.
Desde los tiempos más antiguos, quien realiza una obra fuera de lo común recibe alabanzas, pero también recibe persecuciones.
‘Es en esa lucha que reside el mérito de alcanzar la fortaleza.
Es como la Espada que sólo adquiere todas sus cualidades al sufrir una y otra vez el calor abrazador del fuego, el fuerte martillo sobre la bigornia y el enfriamiento en el agua’.

Makichi Okada 
Antiguo Maestro Zen Japonés

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