Goza de la suavidad, y no de la excitación. Muchas personas aprenden a disfrutar de la excitación. Empiezan ya desde niños, cuando sus padres y familiares les excitan. Les gusta ver a su bebé excitado y feliz. Pero sólo se trata de un bebé; cuando creces necesitas aprender a gozar de la suavidad, y no de la excitación. Por lo general la excitación crea efectos secundarios, pero la suavidad produce la felicidad perfecta. La gente de hoy disfruta con las motocicletas y máquinas
similares; el taoísta es lo suficientemente sabio para gozar no de la
velocidad, sino de la lentitud. La excitación es la llama y tu vida es el aceite. Cuanta más excitación experimentes, más deprisa consumirá el aceite. ¿Qué prefieres, gozar durante corto o largo tiempo? El goce espiritual de una persona es como tener la luz conectada a una gran fuente. Nunca se agota. |
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Maestro Hua-Ching Ni Fuente: Toni Ruiz |
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