‘Abrazar el árbol’ es una forma mística de arte marcial.
Nunca se puede comprender cómo se practica en su totalidad.
Aparece como un abrazo, con una sonrisa en la cara.
Aplicando un Vigor interior.
Estoy relajado, sin recurrir a la fuerza.
Como nubes flotando al viento por todas partes.
Uso fuerzas del universo, y mi fuerza se hace sólida.
La potencia viene de la respiración.
Sin afirmarme, dejando mucho espacio para moverme.
Sin ceder ante fuerzas mayores.
Con movimientos tan suaves, tan naturales.
Ni la respiración, ni los movimientos de las extremidades se verán bloqueados.
Es como moverse en el vacío.
Yendo y viniendo por las más altas cumbres, entre las nubes.
Deslizándome por el aire y por las nubes.
Flotando con el viento.
Con gracia, aunque sosegado.
Siempre mantengo mi calma, mi paz.
La cabeza erguida, con dignidad.
Abrazo al mundo que tengo debajo.
Tan claro y puro como un arroyo subterráneo.
Como plomo transformado en oro, enfilando hacia la Luna.
Me miro en un espejo antiguo, para ver mi alma con detalle.
Mi copa está llena hasta rebosar.
Totalmente liberado de obstáculos, liberado de mi ser.
Puedo volar como si tuviese alas.
De cara hacia horizontes sin límite.
Como lanzando un guijarro al agua.
Los círculos se hacen más y más grandes.
Con mis manos puedo descubrir los límites del Universo.
El abrazo viene del interior.
El Cielo, la Tierra y los diez mil seres cautivan mi imaginación.
Con los ojos mirando al exterior, con determinación.
Hacia arriba y hacia abajo, mi fuerza fluye.
Empujo y abrazo sin cesar.
Mis pensamientos serán puros.
Así mi mente será clara.
Así se eliminarán todas las enfermedades.
Siempre regresando al centro.
Atacando o defendiendo espontáneamente.
Mi voluntad será como el acero.
El precepto es fortalecerse.
Ir en busca de la felicidad y la salud mi cuerpo se beneficiará de ello.
Esto ha sido legado por los antiguos.
Esta forma de ejercicio proporcionará beneficios ilimitados.
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