lunes, 13 de enero de 2020

Estar en una clase de Taichi es algo muy aburrido


Estar en una clase de Taichi es algo muy aburrido.
Incluso la gente que está mirando se siente soñolienta porque el movimiento es tan lento y siempre lo mismo, lo mismo.
Funciona como una canción de cuna para la mente, y la persona que lo está haciendo también se siente algo soñolienta.
No puede dormirse porque tiene que moverse.
Existen pues dos cosas: la monotonía, con todas las probabilidades de que uno pueda dormirse... pero no puede porque tiene que moverse.
Así que el movimiento no permite que uno se duerma, y la suavidad del movimiento no permite que la mente se entretenga.
Ambas cosas funcionan en contra de la mente.
La mente no puede dormirse y no puede entretenerse.
La mente no tiene salida alguna, ninguna vía de escape.
Poco a poco la mente desaparece, hay sólo pura energía, como las olas del océano, llegando, golpeando, rompiéndose contra las rocas.
Llegando de nuevo, otra vez, año tras otro, durante millones de años... un proceso ciertamente monótono, pero tremendamente hermoso.

Osho

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