sábado, 11 de enero de 2020

El maestro, el ego, y el alumno

El alumno le preguntaba a su Maestro… 
-Maestro, algunos alumnos dicen que usted tiene un ego muy pronunciado, pero yo sólo le contemplo con respeto y admiración.
Me fijo en su forma paciente de enseñar y en la determinación del cumplimiento de la esencia y las normas de nuestro Linaje.
En ocasiones parece que se enfada, pero no parece que sea más que una reacción Yang para que algunos alumnos vuelvan a la disciplina.
Y si algún alumno no cumple con su obligación y su trabajo, siempre se lo recuerda con firmeza y paciencia, y le da otra oportunidad para que vuelva a dirigir su atención al aprendizaje...

 
Tranquilamente el Maestro le respondió.

-Querido alumno, el Maestro que tiene su ego por las nubes no es maestro.
El alumno que juzga así a su Maestro no es alumno, quiere ser maestro...
El Maestro no está exento de ego, pero no tiene necesidad de arrojarlo a sus alumnos, le basta con reaccionar con la energía necesaria.
Corregir no es abusar del poder, sino ayudar al aprendizaje.
El que no quiere aprender no encuentra al Maestro.
No es el alumno el que busca al Maestro, sino al revés.

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