lunes, 11 de marzo de 2019

La mente del principiante


El Maestro le dice a su Discípulo:
-¿Has aprendido la lección?
El Discípulo le contesta:
-Pues claro Maestro, soy inteligente y enseguida lo he comprendido todo.
Entonces el Maestro con cara de preocupación le dice:
-Esa no es la actitud del que aprende.
Si piensas que ya lo has entendido todo entonces crees que ya no necesitas aprender más y dejas de tener una mente abierta dispuesta a encontrar un nuevo significado a todo.
El Discípulo sorprendido responde:
-¿Y cuál es la actitud entonces Maestro?
El Maestro afirma:
-La mente del principiante, la mente Zen.
Es una mente permeable que cree que no sabe y por ello necesita aprender todo. Así disuelves la ilusión del Ego y cada vez que escuches el discurso del otro lo atenderás con esa humildad que requiere desear aprender desde la mente Zen, ampliando así la propia consciencia.
Es la actitud del niño que aprende desde la curiosidad permanente.
En aquel momento el Maestro con una sonrisa le pregunta al Discípulo:
-Por cierto, ¿Qué hora es?
El Discípulo sin dudar le responde:
-Maestro son las cinco de la tarde, pero voy a comprobarlo de nuevo para ver que lo que creo que es la verdad no sea sólo una ilusión.
El Maestro satisfecho le contesta:
-Veo que eres un buen alumno y has entendido la lección.
Mientras creamos que entendemos lo que significa una cosa dejaremos de buscar un significado más profundo de la realidad y nos quedaremos en las apariencias y las ilusiones.

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