Aprender
sin apuro.
Se debe
llevar a cabo el aprendizaje de cada movimiento lentamente, analizarlo,
sentirlo, practicarlo y dejarlo fluir hasta lograr integrarse con él.
*La
ansiedad y la prisa son contrarios a los preceptos fundamentales del Tai Chi.
Ser
Constante.
La
perseverancia llevará a alcanzar las metas. Cualquiera sea la razón por la que
inicia la práctica del Tai Chi chuan, lo más importante es la constancia y la
honestidad.
Sólo integrando
la práctica a la vida, día a día, tratando de captar lo que el cuerpo dice a
través del movimiento, es que se logrará alcanzar resultados en el arte.
"No
pienses que puedes alcanzar la conciencia total, sin una disciplina y práctica
apropiadas. Sin la disciplina, caerás
constantemente retrocediendo en la oscuridad"
Evita la Rutina y la Monotonía.
Cada
práctica es diferente, como lo es cada amanecer.
Cuando
se aprende o practica una forma, se debe evitar la rutina y la monotonía,
tratar de realizar los movimientos con gracia, suave y continuamente; es a
través del movimiento que se debe llegar a sentir el flujo de la energía a
través del cuerpo y armonizarse con el flujo de la energía universal, eso
equilibrará la propia Energía y llevará a obtener buena salud y longevidad.
Durante
la práctica se debe trabajar con una intención
determinada, la cual dirige nuestra atención al
nuestro cuerpo, lo que lleva a desarrollar una sensibilidad, que posibilitará
lograr la relajación en el
movimiento. Cuando se puede unir la intención con la atención enfocada y la
sensibilidad en una total relación se adquiere la conciencia interna.
Esta nueva conciencia, del cuerpo, mente, energía, espíritu… nos abre nuevas
puertas a siguientes niveles de práctica, con distintas intenciones y la
atención sobre factores cada vez más sutiles gracias a la sensibilidad que se
va desarrollando y a una capacidad cada vez mayor de relajación.
A
partir de este punto, se puede recurrir a las enseñanzas de los grandes
maestros en busca del material para “llenar” la forma.