Cada día más niños son tratados con terapias complementarias,
según diferentes estudios el 30% de los niños sanos y hasta un 50% de los
niños con enfermedades crónicas están utilizando terapias complementarias.
Las actividades para niños son muy importantes para el desarrollo
y las Terapias Complementarias se están transformando en un tratamiento muy
eficaz para los niños, bajo seguimiento y asesoramiento de las instrucciones de
sus médicos para estar saludables.
Los padres deben tener mucho cuidado debido a que muchos
tratamientos podrían ser peligrosos, es aconsejable hacer una consulta a su
pediatra antes de empezar un nuevo tratamiento.
El Tai Chi para niños se desenvuelve como un juego, una actividad
lúdica en los niños de 3 a 7 años, el juego está inmerso en un mundo de
fabulas, magia y fantasía, y la imitación es la más fuerte fuente de
aprendizaje.
Es recomendable que los niños participen en clases de tai chi como
una forma de terapia, porque el tai chi, cuando se combina con medicamentos
recetados por un médico, puede ser utilizado para ayudar a los pacientes que
sufren asma, para practicar y aprender el uso de respiración profunda y se
encuentren en calma ante la escasez de aire, ayudar a reducir el estrés en los
niños y los adolescentes.
Los adolescentes que están atravesando una etapa de mucho estrés,
que los pone en riesgo ante la depresión, ésta clase de terapias o técnicas
orientales de cuerpo-mente, como el Tai Chi, es de gran ayuda para reducir el
riesgo a los estados emocionales de depresión y ansiedad.
La practica del Tai chi ayuda a reducir la presión arterial y la
actividad simpática en los niños, ofreciéndoles una sensación de relajación y
calma.
Los movimientos están especialmente orientados a mejorar distintos
aspectos de la salud y auto-desarrollo personal de los niños: Respiración,
visualización, concentración: la respiración abdominal, ayuda a relajar el
cuerpo, mejora el flujo de energía y oxígeno en las células.
Los niños visualizan la energía mucho mas fácilmente que los
adultos, sintiendo su movimiento, color y temperatura rápidamente.
Flexibilidad: cuando los niños se sienten sin limitaciones de movilidad,
los movimientos se vuelven suaves y se van soltando las tensiones en el cuerpo.
Concentrarse en “soltar” ayuda a relajarse y a estar focalizados.
Tono muscular: los movimientos son vigorosos, precisan
coordinación y concentración. Se trabaja mucho con las piernas y los brazos,
fortaleciendo los músculos internos especialmente y nervios.
Equilibrio y calma: el equilibrio está vinculado con la capacidad
de concentración. Mirar a un punto fijo ayuda a mantener el equilibrio y la
quietud que necesita el cuerpo. Concentrarse en adaptarse implica una gran
diferencia en la calidad del movimiento.
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