¿Qué
es el Chan si jing?
El Chan si (enrollar seda) es un movimiento generado
movilizando prácticamente todas las articulaciones de nuestro cuerpo pero
utilizando sólo la fuerza de los músculos necesarios en cada ocasión,
implicándolos de un modo tan maravillosamente preciso y ordenado que resulta en
dos características fundamentales que lo hacen enormemente eficaz: la
espiralidad y la continuidad.
Chansi
jing (jing = fuerza interna) es pues la fuerza que transmitimos con ese tipo de
movimiento.
La
espiralidad
El
chan si jing llega a nuestras extremidades en espiral, utilizando el principio
del tornillo (uniendo el movimiento de traslación al movimiento de rotación)
tanto al expandir como al contraer.
Esto
aumenta enormemente la eficacia de nuestra fuerza.
La
continuidad
El
chan si jing no presenta interrupciones en su desarrollo.
Una
vez que surge da igual los cambios que haya que hacer, siempre transformamos un
movimiento en otro sin que haya rupturas entre ellos de tal modo que el gasto
de energía es mínimo.
Aunque
no sería correcto en términos físicos, se suele utilizar la palabra “circular”
para definir tal característica del movimiento en Taichi.
Teniendo
en cuenta esa continuidad y dado que a lo largo de todo el chansi mantenemos
los principios estructurales del Tai chi chuan, cualquier momento, cualquier
posición es buena para cambiar de movimiento, y nuestra fuerza se puede
manifestar plenamente en todas las ocasiones.
En
ese sentido el chansi es realmente útil para seguir los movimientos de nuestro
contrario adaptándonos a ellos y aprovechándolos para volverlos en su contra en
el momento más oportuno.
¿Cómo
es posible cambiar de un movimiento a otro de esa manera “circular” sin que
haya interrupciones? Del mismo modo que en una antigua máquina de coser el
movimiento rectilíneo de vaivén (golpes de pedal, parecidos a los golpes a un
columpio) de su pedal se transforma en otro circular sin fin mediante una biela
(que de nuevo se convierte en otro rectilíneo que sube y baja el cabezal de la
aguja), nuestro cuerpo puede generar un movimiento constante que llegue a las extremidades en espiral (gracias a nuestras
propias bielas, motores y engranajes naturales).