Los
leñadores se deleitan en madera
derecha,
lisa, fuerte y fragante.
Si
el árbol es muy difícil de cortar,
demasiado
retorcido para ser enderezado,
demasiado
hediondo para gabinetes,
y
demasiado esponjoso para el fuego,
se
lo deja en paz.
Los árboles útiles son cortados. Los inútiles sobreviven.
Chuang Tze
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