Pequeñas reflexiones
sobre el
aprendizaje de
Tai chi chuan
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Han decidido aprender Tai chi chuan.
Sin considerar motivos personales, si cómo lo han
descubierto, tomaron la decisión de comenzar la práctica.
Empieza ahora una tarea crucial, ¿a dónde
ir? y ¿con quién tomar clases?
Hay distintos tipos de lugares donde
practicar, que van desde dojos de arte marcial y gimnasios a prácticas al
aire libre. Hay instructores, profesores y maestros, serios y de los otros,
de orígenes variados, con diversas filosofías de práctica y distintas ópticas
desde donde enseñan el arte.
Pero más allá de estas consideraciones, y
habiendo tomado el tiempo necesario para decidir, ¿qué asegura un
acercamiento al arte, que permita lograr una experiencia positiva y un buen
aprendizaje?
Que el
alumno tenga interés y se esfuerce no garantiza que aprenda bien.
Para conseguirlo tienen que darse tres
condiciones.
La primera condición es tener un buen
maestro. Alguien que comprenda muy bien la esencia de Tai chi chuan. Solo de esta manera podrá
guiar en este camino a sus alumnos, sin dar rodeos, ni caer en callejones sin
salida.
Existen practicantes, que encontraron buenos
maestros, pero que no han aprendido bien. De los alumnos de un maestro, solo
algunos aprenden de verdad, con dedicación, esfuerzo y honestidad, durante
muchos años. Muchos no están dispuestos al sacrificio que esto conlleva y a
comprometerse lo suficiente, logrando solamente un aprendizaje mediocre y de
baja calidad. Algunos aún, solo basan su conocimiento en la lectura de libros
y videos, y sus sensaciones no pasan de ser meros reflejos de las verdaderas.
Si esos que no aprendieron bien, comienzan a
enseñar a otros, la enseñanza es pobre e incompleta y el arte se degrada. Es
triste, pero en la actualidad, esto se da con mucha frecuencia y se ve como
Tai chi chuan va perdiendo su esencia.
La segunda condición es que el alumno sea
despierto, honesto, suficientemente humilde, capaz de superar las dificultades,
tenga claro su objetivo y esté comprometido con el camino de su propia
superación.
Estos son los alumnos que el maestro o el
profesor serio, tiene la obligación de buscar.
Todos creemos ser muy inteligentes, entonces
es muy fácil caer en el error de pensar que ya hemos aprendido todo. Cuando
llega ese momento si no se deja de lado esa sensación, será muy difícil
llegar a obtener el verdadero Kung fu. En China se dice que la inteligencia
va en contra del éxito verdadero.
Como se ha dicho, el alumno debe buscar al
maestro y el maestro debe buscar al alumno. Lo más importante es la virtud,
la calidad humana. Quien decida llegar lejos en este camino, debe respetar al
maestro y al arte, debe tener confianza y estar dispuesto a dedicarse en cuerpo
y espíritu a la tarea. Pero esto no es lo más común en la mayoría de los
practicantes.
Cuando estas condiciones están dadas, la
tercera es la más importante, y tiene que ver con el espíritu con el que el
alumno encara el aprendizaje.
Hay que practicar con constancia y
dedicación, ser perseverantes y encarar las dificultades con coraje y
decisión, alejarse del excesivo entusiasmo, mantener la mente calmada y no
impacientarse.
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Éstas son algunas reflexiones motivadas en la
lectura de los textos del Maestro Tew Bunnag
Oscar Delfino
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