Como Yin y Yang, existe una dinámica de dos fuerzas en nuestro cuerpo que nos mantienen en expansión y contracción todo el tiempo. Relacionado con la respiración y la circulación de la sangre, el cuerpo aun en su quietud tiene un movimiento latente que nos permite conservar y cultivar la energía vital para gozar de mayor salud. Esto es algo natural que ocurre siempre, pero que podemos aprender a controlar y sentir a través de la contemplación y el movimiento. No hace faltan practicar Tai Chi o Chi Kung para entenderlo, pero sí es necesario realizar actividad física y desarrollar una comprensión de como nuestras emociones afectan estos movimientos, a veces acentuando alguno de los dos y reflejándose en la postura.
Fuente: taichi.union
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