jueves, 25 de mayo de 2023

El arte de cabalgar los vientos,

Cuando le pidieron a Lieh-Tzu que explicara el arte de cabalgar los vientos, dio la siguiente descripción de su aprendizaje bajo su maestro Lao Shang:

Después de servirle por espacio de tres años, mi mente no se atrevía a reflexionar sobre el bien y el mal, mis labios no osaban hablar de ganancias y pérdidas. Entonces, por primera vez, mí maestro se dignó mirarme, y eso fue todo.

Después de cinco años ocurrió un cambio; mi mente reflexionaba sobre lo bueno y lo malo, y mis labios hablaban de ganancias y pérdidas.

Por primera vez mi maestro relajó su ceño y sonrió.

Después de siete años ocurrió otro cambio. Dejaba que mi mente reflexionara sobre lo que quisiera, pero ya no se ocupaba de lo bueno y lo malo. Dejaba que mis labios pronunciaran lo que quisiesen, pero ya no hablaban de ganancias y pérdidas.

Entonces, finalmente, mi maestro me condujo a sentarme en la estera a su lado.

Después de nueve años mi mente dio rienda suelta a sus reflexiones, mi boca dio libre paso a su discurso.

Ya no sabía nada acerca de lo bueno y lo malo, de ganancias y pérdidas, ni con respecto a mí ni a los demás...Lo interno y lo externo estaban fundidos en una unidad. Después de ello no hubo distinción entre ojo y oreja, oreja y nariz, nariz y boca: todos eran lo mismo.

Mi mente estaba helada, mi cuerpo se disolvía, mi carne y mis huesos se confundían. Ignoraba por completo en qué se apoyaba mi cuerpo, o qué había bajo mis pies.

El viento me llevó de un lado para otro, como paja seca u hojas que caen del árbol.

En verdad ignoraba si yo cabalgaba el viento o si el viento cabalgaba en mí.

Cuando nada buscas, todo encuentras... y puedes cabalgar en el viento.

 Fuente: Alan W. Watts

El camino del zen

"Retrato del monje Kensuo, de Kaô"

Credit: DR


Nanzenji 南禅寺 Comunidad Zen del Sur-Asociación Civil

 

sábado, 13 de mayo de 2023

Saber relajarse


 

 

 

 

 

 

 

 

Que 'saber relajarse” afecta nuestra existencia y nuestro estado de bienestar es completamente innegable.

Sin embargo, la relajación debe combinarse con la concentración mental si queremos dar lo mejor de nosotros mismos en las diversas actividades que realizamos.

Desafortunadamente, aprender a relajarse (y concentrarse) es un verdadero "trabajo" en uno mismo.

Requiere método y práctica constante.

Sin embargo, aprender a hacerlo es fundamental si queremos disfrutar de una existencia más plena y “sacar” lo mejor de la vida.

Adquirir la capacidad de relajación es una herramienta extraordinaria para frenar la dispersión de nuestras energías físicas, mentales y emocionales.

Uno de los objetivos primordiales es poder silenciar los pensamientos descontrolados generados por una mente constantemente ‘iluminada’.

Esto conduce al cansancio mental y la pérdida de concentración; la falta de control sobre el estado mental también puede provocar en nuestro organismo una serie de respuestas "psicosomáticas" no deseadas, incluso graves.

Saber relajarse es un verdadero arte, requiere el conocimiento de "técnicas" precisas, pero no necesariamente complicadas.

Hay métodos nacidos en Occidente en el campo psicoterapéutico (por ejemplo, el Entrenamiento Autogénico o el Mindfulness), y técnicas que nos llegan de Oriente, nacidas dentro de las grandes tradiciones filosófico-religiosas.

Sin embargo, todas las técnicas de relajación se centran en algunos elementos fundamentales y se basan principalmente en escuchar el cuerpo, por ejemplo, la postura, la tensión muscular, la respiración.

Algunas otras percepciones pueden añadirse a esto.

Para dar algunos ejemplos:

- Percepción de la sensación de pesadez, que se puede experimentar en algunas partes del cuerpo, primero de forma individual (por ejemplo el brazo derecho, luego el izquierdo), luego en relación con otras partes del cuerpo y finalmente en todo el cuerpo.

- Sensación de calor (puede ayudar la repetición de una fórmula verbal como: "Siento que mi brazo derecho está caliente").

- Percepción de la actividad cardiaca.

- Atención pasiva o intervención activa sobre el mecanismo respiratorio (como en los ejercicios de pranayama del Yoga).

Como podemos ver, en los diversos ejercicios la atención de la mente está completamente dirigida a las percepciones corporales.

Es una elección casi obligada, porque es mucho más difícil que la mente actúe directamente sobre sí misma.

A medida que el cuerpo se relaja y se conecta más con la mente, como en un proceso de ósmosis, la relajación impregna toda la esfera psicosomática.

 Fuente: Fajin - Taijiquan & Cultura orientale

jueves, 11 de mayo de 2023

Tu peor enemigo no eres tú

NO, TU PEOR ENEMIGO NO ERES TÚ. 

ES ESE QUE LOS DEMÁS ESPERAN QUE SEAS.

Dicen que tú eres tu peor enemigo.

Pero no es verdad.

Si tú eres tu peor enemigo es porque existe un exterior.

Porque ese exterior te ha hecho creer cosas sobre ti.

Porque hay unas exigencias, expectativas y castigos sociales.

Porque te enseñaron la autoexigencia.

O porque tu autoestima viene dañada de serie.

Cómo no va a venir dañada si es que la estructura nos quiere con complejos.

Nos quiere con miedo. Nos quiere buscando soluciones milagrosas a cosas que no tienen respuesta. Ni nunca la tendrán.

Anhelando todo lo que no existe.

Y que puede que no será.

Y luego dicen que tú eres tu peor enemigo.

No.

El enemigo es este sistema.

Que no le sirve a nadie.

Que usa y tira.

Que nos hace producir y consumir.

Que obliga a un barrendero a barrer bajo el sol abrasador.

Y morir.

Por si así le dan un contrato fijo.

El problema es que no podemos salirnos de estás lógicas.

Y que cuando nos pasan las cosas.

Nos responsabilizan.

Nos culpan de nuestra propia desgracia.

Libramos constantemente una guerra mental contra nosotros mismos.

Una ruptura entre lo que deseamos y lo que somos.

Lo que nos obligan a ser.

No, tu peor enemigo no eres tú.

Es ese que los demás esperan que seas.

Ese que no existe.

Ni existirá jamás.

Porque es un imposible.

Y contra esto tenemos que luchar colectivamente.

Ampliando los marcos.

Haciendo todo más flexible.

Generando espacios y tiempos en los que la gente no se sienta mal.

Por no llegar a ser algo.

Un lugar mejor.

Con menos juicios.

Y muchos más abrazos.

Créditos al autor

domingo, 7 de mayo de 2023

Fuerza, velocidad y tensión complementaria

La fuerza y ​​la velocidad son dos cualidades buscadas en todas las disciplinas físicas, deportivas y marciales.

En casi todas estas actividades se persigue la fuerza y ​​la velocidad aumentando la capacidad contráctil de los músculos; por ello se utilizan diversos ejercicios gimnásticos, incluso pesados, de musculación, saltos, carreras, repeticiones rápidas de gestos técnicos, etc.

Pero, ¿cómo se puede lograr la fuerza y ​​la velocidad en una práctica como el Taiji, que involucra movimientos exclusivamente lentos, suaves y aparentemente… delicados?

Entendiendo que el primer objetivo del Taiji es la salud, es posible adquirir fuerza, velocidad y eficacia marcial a través de la adhesión a principios particulares. Entre estos destaca el concepto de "Zheng Li" que así explica el maestro Tokitsu.

«No podemos desarrollar habilidades de velocidad y fuerza si envejecemos sin tener salud, y el Tai Chi Chuan, que tiene una lógica práctica, nos permite desarrollar y fortalecer la salud mucho mejor que la gimnasia. Pero simplemente entrenando con suavidad y lentitud, todavía no es posible cultivar habilidades que te permitan desarrollar velocidad y fuerza. Es por tanto una forma particular de moverse lenta y suavemente. ¿Cuáles son estas sutilezas? Una respuesta se encuentra en el concepto chino de Zheng Li, que se puede traducir como "tensiones opuestas y complementarias simultáneas".

En las prácticas corporales, la expresión verbal suele ser más complicada que el gesto, pero las palabras son importantes para comprender la situación, hacerla operativa y luego transmitirla.

Aquí hay un ejemplo simple de Zheng Li. Levanta las manos como para abrazar el tronco de un árbol. Relájese bien en esta posición y cree una sensación particular: cuando quiere juntar las manos, se repelen como si se hubieran convertido en los polos positivos de dos imanes, cuando quiere alejarlas, se atraen como si se hubieran convertido en los polos opuestos de dos imanes. En las artes marciales chinas, esta sensación de obstrucción y atracción que acompaña a nuestros gestos se denomina Zheng Li y se puede percibir cuando estamos relajados y realizamos los movimientos lentamente. Si estás dispuesto a observar la delicadeza y sutileza de tus gestos mientras realizas un movimiento lento y suave, te darás cuenta de que al comienzo del movimiento estás pasando por una zona donde su intensidad es bastante borrosa. El gesto se vuelve consistente más allá de este límite.

 

Kenji Tokitsu

"Tai Chi Chuan. Origen y poder de un arte marcial"