sábado, 13 de mayo de 2023

Saber relajarse


 

 

 

 

 

 

 

 

Que 'saber relajarse” afecta nuestra existencia y nuestro estado de bienestar es completamente innegable.

Sin embargo, la relajación debe combinarse con la concentración mental si queremos dar lo mejor de nosotros mismos en las diversas actividades que realizamos.

Desafortunadamente, aprender a relajarse (y concentrarse) es un verdadero "trabajo" en uno mismo.

Requiere método y práctica constante.

Sin embargo, aprender a hacerlo es fundamental si queremos disfrutar de una existencia más plena y “sacar” lo mejor de la vida.

Adquirir la capacidad de relajación es una herramienta extraordinaria para frenar la dispersión de nuestras energías físicas, mentales y emocionales.

Uno de los objetivos primordiales es poder silenciar los pensamientos descontrolados generados por una mente constantemente ‘iluminada’.

Esto conduce al cansancio mental y la pérdida de concentración; la falta de control sobre el estado mental también puede provocar en nuestro organismo una serie de respuestas "psicosomáticas" no deseadas, incluso graves.

Saber relajarse es un verdadero arte, requiere el conocimiento de "técnicas" precisas, pero no necesariamente complicadas.

Hay métodos nacidos en Occidente en el campo psicoterapéutico (por ejemplo, el Entrenamiento Autogénico o el Mindfulness), y técnicas que nos llegan de Oriente, nacidas dentro de las grandes tradiciones filosófico-religiosas.

Sin embargo, todas las técnicas de relajación se centran en algunos elementos fundamentales y se basan principalmente en escuchar el cuerpo, por ejemplo, la postura, la tensión muscular, la respiración.

Algunas otras percepciones pueden añadirse a esto.

Para dar algunos ejemplos:

- Percepción de la sensación de pesadez, que se puede experimentar en algunas partes del cuerpo, primero de forma individual (por ejemplo el brazo derecho, luego el izquierdo), luego en relación con otras partes del cuerpo y finalmente en todo el cuerpo.

- Sensación de calor (puede ayudar la repetición de una fórmula verbal como: "Siento que mi brazo derecho está caliente").

- Percepción de la actividad cardiaca.

- Atención pasiva o intervención activa sobre el mecanismo respiratorio (como en los ejercicios de pranayama del Yoga).

Como podemos ver, en los diversos ejercicios la atención de la mente está completamente dirigida a las percepciones corporales.

Es una elección casi obligada, porque es mucho más difícil que la mente actúe directamente sobre sí misma.

A medida que el cuerpo se relaja y se conecta más con la mente, como en un proceso de ósmosis, la relajación impregna toda la esfera psicosomática.

 Fuente: Fajin - Taijiquan & Cultura orientale

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