Los Diez Principios Escenciales De Tai-Chi Chuan
Enunciados por Yang Chen Fu Escritos por Chen Weiming
El contenido de este texto fue construido a partir de los conocimientos de la tradición de la disciplina. Conocimientos heredados de las generaciones anteriores, como de los secretos de la familia de Yang Chen Fu, en especial de su abuelo y fundador del Estilo Yang, Yang Lu Chan.
Para su mejor comprensión se han ordenado los diez principios en dos grupos, uno que describe directamente instrucciones de posturas o movimientos para relacionarlos luego a niveles más profundos y el segundo grupo en aquellos de contenido más filosófico e interno.
Cabe señalar que los diez principios están llenos de mensajes sutiles y de larga comprensión.
----1) Ser vacío y mantener la energía en la cima de la cabeza. Mantener la energía en la mollera es conservar la cabeza derecha, de modo que la energía espiritual permanezca ligada a la cima de la cabeza. No empleemos la fuerza muscular, que tensa el cuello y dificulta la circulación de la sangre y del soplo de la energía.
----2) Encoger ligeramente el pecho y estirar la espalda.
Encoger el pecho consiste en hundirlo ligeramente en dirección al interior, a fin de que el soplo descienda para concentrarse en la zona del Tan Tien. Abstengámonos de arquear el torso, pues si lo hacemos, el soplo quedará comprimido a nivel del pecho, la parte superior del cuerpo será pesada, y la inferior leve y los pies tendrán tendencia a flaquear. El encogimiento del pecho provoca naturalmente un estiramiento de la espalda, lo que nos permite emitir la fuerza a partir del eje espinal.
----3) Aflojar la cintura.
La cintura es el señor de todo el cuerpo. Los pies solo tendrán fuerza y sustentación si somos capaces de aflojar la cintura. Los pasajes de "lleno" para "vacío" se efectúan a partir de movimientos giratorios de cintura. Por esto decimos que fuente de comando está en la cintura.
----4) Bajar los hombros y dejar caer los codos.
Bajar los hombros consiste en relajarlos y dejarlos caer; cuando no podemos hacerlo, se suben, lo que acarrea una nueva subida del soplo y por consiguiente falta de fuerza en todo el cuerpo. Cuando los codos están erguidos, no se pueden bajar los hombros y no podemos rechazar al adversario muy lejos. Así la técnica empleada se aproxima a la escuela exterior que emplea una fuerza interior discontinua.
----5) Conectar lo alto y lo bajo.
La energía se enraíza en los píes, se desenvuelve en las piernas, es comandada en la cintura y se manifiesta en los dedos. Todo movimiento de manos acompaña un movimiento de cintura: cuando se mueven los pies, la energía espiritual de los ojos (la mirada) se mueve al mismo tiempo y los sigue: en este caso se puede decir que lo alto y lo bajo están unidos.
----6) Distinguir lo "lleno" de lo "vacío"
En el arte del T'ai Chi Chuan el primer principio es distinguir lo lleno de lo vacío. Cuando el cuerpo se apoya en la pierna derecha, decimos que la pierna derecha está llena y la izquierda vacía, y viceversa. Los movimientos giratorios solo se efectúan con ligereza, agilidad y con el menor esfuerzo cuando sabemos la distinción.
----7) Emplear el pensamiento creador y no la fuerza muscular.
Durante la práctica del T’ai Chi Chuan todo el cuerpo está distendido, de suerte que no subsiste la más mínima energía grosera, estancada entre los huesos, los músculos o las venas, amarrándonos a nosotros mismos. Algunos dudan que sea posible tener una fuerza durable sin el empleo de la fuerza muscular, pero el cuerpo humano posee canales de circulación del soplo, del mismo modo como la tierra tiene sus corrientes. Si los conductos no están obstruidos el agua fluirá, si las venas no están apretadas, el soplo circulará. Cuando una energía dura llena los canales, la sangre y el soplo se ven impedidos, los movimientos giratorios carecen de agilidad y basta empujar un cabello para que todo el cuerpo lo siga. Si en lugar de fuerza muscular empleamos el pensamiento creador, dondequiera que llegue el pensamiento, llegará el soplo.
----8) Unir lo exterior y lo interior.
El trabajo de T’ai-Chi Chuan es un trabajo de la energía espiritual. Por esto decimos: La energía espiritual es el amo y el cuerpo el sirviente. Cuando hablamos de abertura, no nos referirnos únicamente a la abertura de los pies y las manos, sino también a la del pensamiento y el espíritu. Si lo interior y lo exterior pueden estar unidos en un mismo soplo, todo estará perfecto.
----9) Unir los movimientos sin interrupción.
En las artes de combate de la escuela exterior existen partidas, paradas, encadenamientos e interrupciones. En el momento preciso en que la antigua fuerza llega al fin y la nueva todavía no nace, es que podernos ser vencidos con la mayor facilidad. Como en T’ai Chi Chuan utilizamos el pensamiento y no la fuerza muscular, todo está ligado, sin interrupción de principio a fin: cuando termina una revolución comienza otra, un movimiento circular desenvolviéndose al infinito.
----10) Buscar la calma en el medio del movimiento.
En T'ai Chi Chuan dirigimos el movimiento por la calma, aunque se mueva el ejecutante permanece tranquilos. Por esto es preferible ejecutar el encadenamiento de los movimientos de la manera lo más lenta posible. Gracias a la lentitud la respiración se hace larga y profunda, y el soplo se concentra en el Tan Tien.
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