Una correcta postura:
Cabeza: Derecha, sin inclinaciones ni laterales ni frontales, como suspendida de un hilo desde la coronilla al cielo. Normalmente hay que echar un poco hacia atrás el mentón lo que ayuda a que la cabeza suba un poco, pero no hay que exagerar ese movimiento para no obstruir la garganta. No tiene que haber rigidez en el cuello.
Hombros: No elevados, ni hacia adelante ni hacia atrás, si dejamos de tensarlos vuelven a su postura natural. Normalmente, bajo las axilas hay que dejar un pequeño espacio, no manteniendo los brazos pegados al cuerpo, esto es también para que el qi fluya mejor.
Brazos y piernas: Nunca están del todo rectos. Se mantiene una mayor o menor curvatura dependiendo de los movimientos. Tampoco deben cerrarse en ángulos demasiado agudos.
Codos: Han de estar bajos, pesados.
Pecho: El pecho debe estar "hundido" levemente, esto es, más que hundido, relajado, o sea, lo contrario al concepto de "sacar pecho". Así se consigue también que la espalda quede levemente redondeada en plano horizontal, lo que no se ha de producir es un encorvamiento de la espalda.
Espalda: Recta, aunque no rígida. Que las vértebras descansen una sobre otra bien ordenadas, pero sueltas. La zona de las cervicales se endereza y ayudan a tirar también del resto de la espalda.
Lumbares: Hay que intentar disminuir la curvatura lumbar, para lograr que la espalda quede lo más recta posible, esto se consigue basculando la cadera, no "sacando la cola".
Pelvis: Al bascular la cadera, es como tirar hacia adelante de la pelvis.
Rodillas: Se mantienen con un punto de flexión, es decir, no rectas aunque tampoco hace falta doblarlas demasiado. Las rodillas ligeramente flexionadas ayudan a mantener la cadera bien puesta y la espalda recta.
Pies: Se suelen separar a la anchura de nuestros hombros y mantenerlos paralelos entre sí. Deben estar bien apoyados en el suelo, y con el peso repartido.
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