Frente a
una desgracia no es suficiente mantener la calma.
Cuando
llega la desgracia el Samurái debe alegrarse y seguir adelante con su coraje.
Una
actitud similar difiere radicalmente de la resignación.
Esto es
lo que dice el dicho:
‘Cuando
las aguas suben,
el barco hace lo mismo’.
Yamamoto
Tsunetomo
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