miércoles, 30 de mayo de 2018

La fuente del poder espiritual



Un manantial de energía surge en el centro del cuerpo..
Abre la llave y sé sustentado.
Canalízalo, y hablará.
La  fuente de todo poder está dentro de ti mismo.
Aunque las circunstancias externas puedan obstaculizarte ocasionalmente, el verdadero movimiento viene exclusivamente de tu interior.
La fuente está latente en todos, y cualquiera puede aprender a abrir la llave.
Cuando esto sucede, el poder surge como un pozo resplandeciente a través del centro de tu cuerpo.
Físicamente, te sustentará y nutrirá.
Pero también puede hacer muchas otras cosas.
Puede darte regalos que van desde el conocimiento inusual a la simple tranquilidad.
Todo depende de cómo elijas dirigir tus energías.
No podemos decir que una persona se volverá iluminada únicamente en virtud de haber abierto esta fuente de poder; la energía es neutral.
El dirigirla requiere experiencia, sabiduría y educación.
Puede que obtengas poder de tus meditaciones, pero es posible que dos personas con el mismo válido logro lo usen de dos formas diferentes, incluso a los extremos del bien y el mal.
Encontrar la fuente del poder espiritual es una gran alegría; decidir cómo dirigirlo es la mayor de las responsabilidades.


lunes, 21 de mayo de 2018

El roble y el bambú


Cierto día, estaba en el bosque un joven, que golpeaba un árbol, con furia e insistencia. Golpe tras golpe, la ira del joven se desvanecía, hasta que por fin, dejó de golpear al árbol. Un hombre viejo, que observaba la escena, fue adonde él estaba. Se sentó, miró al joven, y le dijo:
-¡Conque eres muy duro! Tienes problemas y los resuelves golpeando un árbol.
El joven le contestó: -Sí, así soy, duro y fuerte.
El hombre viejo replicó:
-Prefieres golpear un árbol, descargar toda tu energía en él y abandonar tus problemas sin tratar de resolverlos. Así que eres duro y fuerte.Ven, te voy a decir algo.
El viejo llevó al joven hasta donde estaba un roble, y después lo llevó a donde estaba un bambú.
El viejo le dice:
-Obsérvalos, el roble es grande, duro, y muy fuerte, igual que tú, y el bambú es diferente, pues es muy delgado, y flexible. ¿Sabes? En tiempos de tormenta, cuando los vientos soplan muy fuerte, el único que sobrevive a tal desastre natural es el bambú, ya que el roble es muy duro para soportar la tormenta.
El bambú con su gran flexibilidad soporta toda tormenta, ya que se mueve y dobla en armonía hacia donde los vientos se dirijan. Mientras que el roble es tan, tan duro, tan estático, que en vez de doblarse, se quiebra, trata de resistir o imponerse ante la tormenta, hasta que tarde o temprano, cede. Pasada la tormenta, el único que queda de pie es el bambú delgado y flexible, listo para soportar otra tormenta.
Esta historia sencilla tiene una moraleja clara: en tiempos de dificultad, como las tormentas que debe afrontar el roble o el bambú, sólo el que es flexible, y actúa en armonía con el fluir del viento, permanece. Quienes sean como el roble: duros, rígidos, sin capacidad de moverse, son arrancados de raíz, por los fuertes vientos.


"El árbol más rígido es más fácil de quebrar,
mientras que el bambú sobrevive al doblarse con el viento."
Bruce Lee
 




martes, 15 de mayo de 2018

Wabi Sabi: El arte Zen de la armonía y el bienestar

Armonía y bienestar para tu vida

Vivir en el momento… Rehuir los pensamientos innecesarios acerca del pasado y del futuro.

Sencillez… Prestar la máxima atención a las cosas que tienen importancia para ti.

Vacío… Dejar sitio para que entren cosas nuevas en tu vida.

Intuición… Ser capaz de entender sin razonamiento analítico ni lógico.

Belleza transitoria… Apreciar la belleza que llega y pasa.

Lo incompleto… Entender que la vida es un proceso sin principio ni fin claros.

Aceptar la imperfección… Adaptarse a los cambios de las circunstancias y sacar el mejor partido de cualquier situación. Aceptar y amar a las personas, las cosas y la naturaleza tal como son.

Asimetría… Liberarte del impulso de disponer los objetos y ordenar las cosas de manera simétrica o siguiendo pautas regladas.

Aprecio…  Ver lo mejor en todo y en todos.
Tranquilidad… Liberarte del ruido innecesario, de trastos viejos mentales y de distracciones que te impiden encontrar la paz interior.

Lo natural… Vivir cerca de la naturaleza y usar materiales naturales; liberarte de ideas preconcebidas sobre el diseño.

Desapego… Estar libre de doctrinas, conceptos y creencias.

Humildad, modestia y austeridad… Ser tú mismo sin proyectar tu ego. Hacer una vida sencilla, no pretenciosa y sin ostentación.

Todo cambia… Gozar de la idea de que cada día es nuevo y diferente, de que nuestro mundo está lleno de variables y de que nada es estático.


Wabi Sabi: El arte Zen de la armonía y el bienestar.
Simón G. Brown.


martes, 8 de mayo de 2018

¿Qué se debe hacer?

— ¿Qué se debe hacer cuando el ruiseñor se niega a cantar?
— Retorcerle el cuello —contestó el primero.
— Obligarle a cantar —dijo el segundo.
— Esperar a que cante —declaró el tercero, que era un sabio-.

jueves, 3 de mayo de 2018

El caracol y los monjes taoístas



Había una vez dos monjes que paseaban por el jardín de un monasterio taoísta. 
De pronto uno de los dos vio en el suelo un caracol que se cruzaba en su camino. Su compañero estaba a punto de aplastarlo sin darse cuenta cuando le contuvo a tiempo. 
Agachándose, recogió al animal. 
"Mira, hemos estado a punto de matar este caracol, y este animal representa una vida y, a través de ella, un destino que debe proseguir. 
Este caracol debe sobrevivir y continuar sus ciclos de reencarnación." 
Y delicadamente volvió a dejar el caracol entre la hierba.
"¡Inconsciente!", exclamó furioso el otro monje. 
Salvando a este estúpido caracol pones en peligro todas las lechugas que nuestro jardinero cultiva con tanto cuidado. 
Por salvar no sé qué vida destruyes el trabajo de uno de nuestros hermanos.
Los dos discutieron entonces bajo la mirada curiosa de otro monje que por allí pasaba. 
Como no llegaban a ponerse de acuerdo, el primer monje propuso: 
"Vamos a contarle este caso al gran sacerdote, él será lo bastante sabio para decidir quién de nosotros dos tiene la razón."
Se dirigieron entonces al gran sacerdote, seguidos siempre por el tercer monje, a quien había intrigado el caso. 
El primer monje contó que había salvado un caracol y por tanto había preservado una vida sagrada, que contenía miles de otras existencias futuras o pasadas. 
El gran sacerdote lo escuchó, movió la cabeza, y luego dijo: 
"Has hecho lo que convenía hacer. Has hecho bien". 
El segundo monje dio un brinco. 
"¿Cómo? ¿Salvar a un caracol devorador de ensaladas y devastador de verduras es bueno? 
Al contrario, había que aplastar al caracol y proteger así ese huerto gracias al cual tenemos todos los días buenas cosas para comer. 
El gran sacerdote escuchó, movió la cabeza y dijo "Es verdad. Es lo que convendría haber hecho. Tienes razón."
El tercer monje, que había permanecido en silencio hasta entonces, se adelantó. "¡Pero si sus puntos de vista son diametralmente opuestos! ¿Cómo pueden tener razón los dos?" El gran sacerdote miró largamente al tercer interlocutor. Reflexionó, movió la cabeza y dijo: "Es verdad. También tú tienes razón."

miércoles, 2 de mayo de 2018

El sabio que comprendió



El sabio, el que comprendió más allá del entender, ve todas las cosas y cada detalle a la luz de la verdad que distingue sin juzgar.
Sabe qué hacer y qué no hacer con aquello que distingue. Al decir del Tao, está en el centro del círculo y ahí se mantiene mientras el “sí” y el “no” se persiguen en torno a la circunferencia.
 “Los hombres verdaderos no tenían miedo cuando se encontraban solos en sus puntos de vista... respiraban profundamente desde los talones”.